Escribir para decir adiós. Para asumir la pérdida. Para concentrar el dolor. Para recordar a aquella persona que nunca más volverá. Los escritores han dejado excelentes obras relacionadas con el duelo, con un adiós real por la muerte de hijos, padres o parejas. Entre las novedades, Despedida que no cesa, de Wolfgang Hermann, que narra la muerte de su hijo adolescente. O la última de Volpi, que es también un homenaje a su padre, fallecido hace dos años. Y, por supuesto, ese gran clásico que ya es Mortal y rosa, de Francisco Umbral. Pero no se trata sólo de hablar del dolor al enfrentarse a la pérdida, sino de aprender de él, de compartir la experiencia para ayudar a otras personas ante la misma situación.Un tema triste pero necesario que viene muy al caso en el Día de Todos los Santos porque no hay otro momento en el año en que tenga más sentido mirar a la muerte a la cara.
16 libros para enfrentarse al duelo
Libros recomendados por Librotea
