La literatura es un transmisor de emociones tremendamente potente. Tanto es así que un libro puede conseguir que nuestro estado de ánimo cambie completamente en unos pocos minutos. Podemos pasar del malestar o la tristeza a sentirnos reconfortados en apenas unas cuantas páginas. No hablamos de títulos que utilizan deliberadamente el humor, sino de esas obras que, con sus historias, nos trasladan a un lugar mejor. Hoy hemos seleccionado una decena de ellas para alejar la tristeza y las malas sensaciones.
Una de las obras más conocidas y celebradas de Gerald Durrell, Mi familia y otros animales pertenece a ese tipo de libros que, a base de ingeni. Humanidad y ternura, continúa ganando a lo largo de las décadas nuevos lectores que descubren a su peculiar familia y su amor por la naturaleza. De la misma forma, las historias de Gianni Rodari han encontrado a nuevos adeptos en los últimos tiempos, atraídos por esas fábulas que son tan aptas para los niños como para los adultos. Y con su párroco detective, Chesterton creó un personaje que regateaba los prejuicios, consiguiendo que la buena voluntad y la verdad se impusiesen en una serie de historias tan entretenidas como edificantes.
Más recientemente otro pastor, el creado por Arto Paasilinna en El mejor amigo del oso, nos embarca en un viaje existencial en el que lo divino y lo humano entran en la duda constante, siempre desde un punto de vista cálido y un tanto humorístico. Otro libro que, gracias a su manejo de la forma y unas historias que evitan caer en el pesimismo, han alegrado muchos días a sus lectores son Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, en el que Michael Chabon trata temas trágicos con un estilo que los embriaga de ternura y humor, consiguiendo una obra aclamada por la crítica y el público. De la misma forma, Jonathan Safran Foer nos embarca en Todo está iluminado en el viaje a la recuperación de las raíces de su protagonista, un recorrido que tiene paradas en momentos difíciles pero que se abordan desde una perspectiva que rezuma humanidad.
El despertar a la vida y al amor de un joven inadaptado, fan de los cómics y del rol, es el motor de La maravillosa vida breve de Óscar Wao, un libro que consigue despertar una sensación de ternura por muy angustiado que se sienta un protagonista que no encuentra su sitio. El señor Fox, de Helen Oyeyemi, consigue eso mismo desmontando las leyes narrativas y haciendo que autor y personajes se crucen en una obra inclasificable y sorprendente.