El miedo y el humor son dos caras de la misma moneda. Lo que nos intriga o aterra puede hacernos reír, como una reacción nerviosa. Por lo tanto, no debe extrañarnos que la novela de crímenes se acerque en determinadas ocasiones al humor. Desde los comienzos del género, ha habido una corriente que rebaja lo cruento de los asesinatos y las investigaciones criminales con un fino humor. Hoy nos fijamos en el cruce entre crímenes y risa, en las novelas negras con humor.
Novela negra que hace reír
Uno de los grandes fenómenos de ventas en Europa llega desde Alemania y tiene a una ex canciller como protagonista. En la serie que David Safier inició con El caso de la canciller jubilada encontramos a una Angela Merkel convertida en investigadora de crímenes accidental. La segunda novela de la saga, Miss Merkel. El caso del jardinero enterrado, se cruzan misterio y, sobre todo, mucho humor, con un personaje al que, recordemos, le acompaña un perro llamado Putin.
En esa misma línea, en la que el humor se vale de una investigación y no al revés, encontramos otro fenómeno editorial. El club del crimen de los jueves tiene como protagonistas a un grupo de jubilados, aficionados a las intrigas, que se encuentran con un asesinato real que investigar. Humor británico que tiene como precursor a una Agatha Christie que en obras como El asesinato de Roger Ackroyd ya dejaba destellos de flema en sus casos criminales, una tradición que se ha mantenido hasta hoy
Los detectives estrafalarios son un subtema literario que han dado grandes alegrías a los lectores. Uno de los más recientes es el protagonista de Vicio propio, en la que Thomas Pynchon refleja el fin de la era hippie en California a través de un investigador trasnochado que intenta sobrevivir entre intereses cruzados y una época cambiante que amenaza con llevárselo por delante. De igual manera, Josh Bazell juega con los géneros en Burlando a la parca y su continuación, Wild Thing. El ex asesino a sueldo arrepentido se enfrenta a un caso en el que un monstruo en un lago de Minnesota amenaza a la persona a la que ha sido contratado para proteger.
El género policial, en su versión más estrafalaria, es el origen de la saga de Sophie Henaff y su policía Anne Capestan. En novelas como Aviso de muerte se citan el crimen, la intriga y el humor, basado en unos personajes que muestran su lado más humano en el transcurso de la lucha contra el crimen.