Laberinto: mil números promoviendo el diálogo cultural

Laberinto: mil números promoviendo el diálogo cultural

El suplemento cultural Laberinto, parte del diario Milenio, acaba de cumplir 1000 números. Una gesta para cualquier publicación, pero especialmente para una cultural. Cada sábado en su edición impresa, y cada día en su versión digital, Laberinto apuesta por llevar al lector no solo información, sino contexto y análisis de las diversas formas artísticas. Hablamos con su director, José Luis Martínez S, de la historia de una de las grandes publicaciones culturales en español de la actualidad. 

«En Laberinto desde el principio queríamos crear un espacio abierto a todas las expresiones artísticas«

Laberinto surgió en junio de 2003,y en ese momento había una crisis de suplementos culturales en México, habían desaparecido muchos”, recuerda Martínez. “Tenía una vocación muy marcada desde el inicio: queríamos crear un espacio abierto a todas las expresiones artísticas, incluso a la política cultural, y desde el principio también tuvo una preocupación por incluir en su oferta campos como la difusión científica. Su propósito siempre ha sido alentar el diálogo y la conversación cultural. 

La prensa cultural todavía importa

Desde esos comienzos, Laberinto ha sido fiel a su apuesta, potenciando la reflexión sobre la inmediatez imperante. Una defensa de la prensa cultural como un faro todavía vigente. “Es fundamental tenerla, sobre todo por su asunto: en la prensa en general damos la cara. Acudimos a las opiniones de gente muy formada, con un prestigio indudable, y al mismo tiempo abrimos espacios a gente que va comenzando en su en su carrera. Tenemos críticos de cine, de teatro, de artes plásticas, de literatura… formados y con un prestigio como críticos y también muchos escritores participan con nosotros con sus opiniones. Gente que se toma con absoluta seriedad su trabajo”.

En esta trayectoria, Laberinto ha combinado lenguajes y plataformas, desde lo tradicional a lo novedoso, para difundir su labor. “Sigue siendo muy importante la edición impresa, pero tenemos una edición digital que no es copia de la edición impresa, sino que tiene su propio ritmo, y que suma una serie de colaboradores, todos de primer nivel”, apunta Martínez, que resalta también alguno de los nombres consagrados que ha pasado por sus páginas. “Uno de los privilegios que hemos tenido es tener la colaboración de gente como José Emilio Pacheco, Sergio Pitol o Elena Poniatowska, entre muchos otros”. 

De lo cultural a lo social

Una prensa cultural no se entiende sin su contexto, sin el mundo del que forma parte. En Laberinto, la realidad social y la manera en la que la cultura ejerce un papel en ella han estado siempre presentes. “Hemos procurado participar en la discusión sobre asuntos públicos. Recuerdo una ocasión en especial, en un número previo a las elecciones presidenciales de 2012, en que todos, absolutamente todos, los candidatos presidenciales, publicaron en Laberinto un texto sobre cuál era la política y cultural que deseaban impulsar. Creo que hemos sido el único suplemento que ha tenido esta posibilidad”, recuerda Martínez.

«Queremos estar muy atentos a los dilemas de nuestro tiempo, a los acontecimientos que afectan a la cultura, a la sociedad«

Otros aspectos de gran calado social también han encontrado cobijo entre sus contenidos. “Nos hemos metido mucho en el debate feminista, dándole voz y espacio a las mujeres. Queremos estar muy atentos a los dilemas de nuestro tiempo, a los acontecimientos que afectan a la cultura, a la sociedad, que nos afectan como seres humanos. Creo que eso ha sido un sello de este suplemento”.

Mirando hacia el futuro

Desde Laberinto, la concepción de periodismo cultural quiere alejarse de los círculos inaccesibles. “No creo que un espacio cultural en la prensa tenga que ser un coto cerrado de ninguna manera”, apunta su director. “Por otra parte, desde luego que hay requisitos para la admisión y uno de ellos es la calidad de la escritura, la argumentación que se tenga”.

«Consideramos que no podemos hablar de una cultura, sino que hay muchas culturas»

En esa concepción, también entra estar atentos a todo el espectro cultural. “Consideramos que no podemos hablar de una cultura, sino que hay muchas culturas. En la literatura, desde luego existe la producción de las grandes empresas editoras, ¿pero qué sucede con todo lo que publican extraordinarias, editoriales, independientes y algunas verdaderamente marginales? Hay que darles en algún momento un espacio y no podemos quedarnos solo con lo que nos están imponiendo las grandes corporaciones. Lo mismo sucede en el cine: no todo es Hollywood, hay cinematografías nacionales, hay películas independientes… Y así podemos ir recorriendo cada uno de los espectros de la cultura.

El número 1000 de Laberinto, publicado hace poco, también quiso mirar hacia adelante antes que a su pasado. “Hay que estar muy atentos a lo que a lo que viene. Ese número lo titulamos “Imaginar el futuro” y, además de nuestros columnistas habituales, el resto todos fueron jóvenes, el más grande de los que publicaron tiene 33 años. Todos con una trayectoria, con premios, algunos otros dando clases en universidades extranjeras…  Tenemos jóvenes de 27 o 28 años que ya tienen una obra y que muestran la vitalidad y el impulso de las nuevas generaciones. Esa es una de las virtudes del laberinto: apostar por los jóvenes, juzgarlos con el mismo criterio que se juzga a cualquier otro. Es decir, la calidad”.

Libros recomendados