Los lectores y lectoras que hayan seguido la carrera de Claudia Piñeiro desde sus comienzos están de enhorabuena. En El tiempo de las moscas, su obra más reciente, retoma el personaje de su primera novela, Tuya, 15 años y un paso por la cárcel después. Una obra en la que el feminismo, la familia y la precariedad se tiñen, como es marca de la casa, con algunos elementos de novela negra. Con la autora argentina hablamos de todo eso y nos dejó recomendaciones de libros recientes que merece la pena leer.
Videoentrevista con Claudia Piñeiro
El origen de El tiempo de las moscas, y de recuperar a su protagonista, Inés, surgió de una recomendación. “En realidad, no se me ocurrió a mí. Soy muy amiga de Guillermo Martínez, un autor argentino muy consagrado. Él fue a Estados Unidos a dar un curso en una Universidad y tenía que llevar tres o cuatro novelas latinoamericanas. Una de ellas era Tuya y, cuando volvió, me dijo: Tienes que seguir esta novela, con una continuación de este personaje”, recuerda Piñeiro. “Yo le dije: ‘Pero Guillermo, este personaje termina con que mató a una persona y va a la cárcel, ¿cómo continuó un personaje así?’. Él me contestó: ‘Bueno, como hizo Patricia Highsmith con El talento de Mr. Ripley’. Pensé que me ponía la vara muy alta”.
Pero esa idea permaneció en la mente de la autora hasta hacerse camino. “Durante la pandemia, que una se pone a pensar en tantas cosas, me puse a hacer cálculos y me di cuenta de que ya habían pasado 15 años. Esta mujer podría haber salido libre por buena conducta y ahí me empecé a entusiasmar”, cuenta Piñeiro. “¿Qué pasa con una mujer tan machista como Inés, que estuvo 15 años en la cárcel y que sale a un mundo que cambió sustancialmente? En especial, en cuanto a lo que tiene que ver con los derechos de las mujeres y el feminismo”.
De esa forma, la protagonista de su primera novela se ve de nuevo en libertad, con una vida mucho más precaria y con pocos apoyos. “Al enfrentar a Inés a este mundo empiezan a aparecer cuestiones como su soledad, porque ella no tiene familia. Tiene una hija con la cual no tiene trato, un marido que se separó y se fue a vivir a otro lugar. Su compañera de prisión, La Manca, pasa a ser su familia. Encuentro mucha similitud con lo que nos pasa a las mujeres hoy, que ahora sabemos que contamos con muchas más mujeres de lo que pensábamos”.
Como en otras de sus obras, aparecen elementos cercanos a la novela negra, siempre desde una perspectiva personal. “Cuando me pongo a escribir, no pienso que voy a escribir una novela negra, pero evidentemente hay elementos de ella que a mí me sirven para contar lo que quiero contar”, aclara. “En este caso, hay una mujer que les propone a Inés y a La Manca hacer algo que les va a dar mucho dinero, pero que puede ser un delito y que nuevamente podría llevarlas a la cárcel. Tienen que decidir si lo hacen o no. A partir de ahí es casi una road movie, pero se cuelan otras cosas”.
“Hay partes de la novela con un coro donde se hablan de cuestiones dentro del feminismo, como un coro griego que mira lo que está pasando y opina. Yo voy tomando elementos que me parece que son pertinentes para que la historia fluya”, prosigue Piñeiro. “Generalmente, lo que escribo no responde a la pregunta clásica del policial, el que es quién lo mató y por qué. Creo que la pregunta sería: ¿Se atreverán a hacer esto que le proponen? ¿Les va a salir bien, no les va a salir bien? ¿Será un delito?”.