Considerado uno de los veinte escritores jóvenes más importantes de América Latina, según la FIL de Guadalajara, es autor de la Trilogía del Semidesierto. Se trata de Joel Flores, quien recomienda libros sobre el territorio y las fronteras que han marcado el camino de su propia obra.
Videoentrevista con Joel Flores
Escritor de su época
Joel Flores nació en Zacatecas en 1984 y desde hace una década ha explorado la literatura de diversas maneras. Con su libro de relatos Rojo semidesierto ganó el Premio Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2012. Con la novela Nunca más su nombre, el Premio Juan Rulfo 2014, convocado por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Fue residente de la Fundación Antonio Gala, en Andalucía, España, y ha sido becario en tres emisiones del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Actualmente vive en Tijuana, ciudad que eligió para pasar sus días, aunque su trabajo se enfoque en la zona que lo vio nacer.
«Nunca más su nombre es una novela que gira en torno a los vínculos filiales. Se pregunta si un hijo puede romper el molde que fue creado para él y formarse a sí mismo. Está relacionado con los patrones heredados por las familias del Bajío o Centro Occidente, que son muy conservadoras«, explica.
La novela se transforma en un viaje interior del personaje cuando le anuncian que su padre va a morir y él puede elegir quedarse tranquilamente en Tijuana o viajar a Zacatecas para despedirse de él. Eso implica «hacer un purgatorio de recuerdos, un examen de conciencia mezclado con la reaparición de vínculos y de violencia».
Joel Flores ganó una residencia en el Centro para las Artes y la Creatividad BANFF, en Canadá, para trabajar en su nuevo proyecto, que tiene que ver con el extractivismo minero y la violencia silenciosa que se da en América Latina: «Quería mezclarlo con el senderismo. Hice mucha caminata, aprendí disciplinas como la etnografía, me alejé de la escritura de escritorio y empecé a crear una especie de marco teórico de lo que es escribir a través de la caminata y al relacionarme con los cerros, los valles, y su degradación por la violencia».
A partir de eso, su literatura dio un giro: «Ahora, en lugar de pensar en dedicar cuatro horas a escribir, prefiero dedicar dos horas para ir a caminar, relacionarme con el espacio, y luego regresar a escribir. Para muchos es una práctica rara. Yo convertí este acto en verbo, en el acto de cerrear, que se convierte, a fin de cuentas, en el acto de escribir«.
Jóvenes autores
La antología Sin mayoría de edad es un trabajo que Flores hizo para la editora Carmina Estrada: «Había publicado un ensayo-dossier sobre los y las escritoras que me gustaba leer de mi edad. Leí a narradores y narradoras que nacieron entre 1983 y 1993 en México, Chile, Perú, Argentina, Nicaragua y España. Al leerlo, Carmina me propuso pedirles cuentos para armar una antología que yo prologara».
«Los cuentos tienen una gran energía de la juventud, la niñez aún fresca, por eso le llamamos Sin mayoría de edad, título que se le ocurrió a mi esposa Flor. Así, publicamos a 11 mujeres y 12 hombres, porque una autora al final no nos pudo dar su texto por derechos de autor. Lo publicó Punto de Partida, para lectores universitarios», finaliza.