Una buena novela negra, como el chocolate y otras sustancias no legalizadas, es adictiva. Dejarse llevar por una trama mientras pierdes la noción de las páginas que has leído es uno de los grandes placeres literarios. Cuando esa sensación se concentra, además, podemos acabar un libro en un solo día. Hoy indagamos en esas obras que no llegan a las 300 páginas, novelas negras breves para leer en un día
Clásicos breves de la novela negra
Toda biblioteca de novela negra debería incluir a uno de los grandes precedentes del género, las obras de Arthur Conan Doyle. Quizás el título más clásico sea El sabueso de los Baskerville, un misterio fundacional de apenas 250 páginas. Otro personaje precursor del investigador es el padre Brown de Chesterton. En El candor del padre Brown tenemos una entrada perfecta a sus misterios resueltos con aparente inocencia.
Más tarde, llegaría el inspector Maigret de Georges Simenon con un buen número de novelas adictivas, alguna de ellas tan breves que se pueden leer sin apenas darse cuenta. Es el caso de Maigret tiende una trampa, en el que se enfrenta a un asesino en serie. Y otro personaje clave del género criminal es el inspector Montalbano de Andrea Camilleri. En La sonrisa de Angélica, además, descubrimos su parte más pasional.
Novelas negras para leer sin parar
Una de las últimas novelas negras breves que han llegado a las librerías es además una obra singular. En La desconocida, Rosa Montero se une Olivier Truc, escritor francés del género, en una trama que se cruza entre los dos países de procedencia de sus autores. Un poco más extensa, pero igual de adictiva es Igual que ayer. Eduard Palomares retoma a su aspirante a detective, que pasa de estar en el paro a introducirse en una trama que destapa los bajos fondos de la ciudad de Barcelona.
Donde la novela negra y el thriller se encuentran también podemos encontrar obras que se leen en apenas unas horas. Huesos en el jardín, uno de los casos del inspector Kurt Wallander, es una de esas ocasiones en los que una trama criminal se condensa lo máximo posible. Para terminar, en La traición el argentino Jorge Fernández Díaz ofrece un thriller político que llega desde su país hasta el Vaticano.