El futuro a veces nos esperanza, otras nos inquieta y, a tenor de lo que nos muestra la ficción, últimamente nos aterra. La tecnificación vivida durante el siglo XX, así como el auge de los totalitarismos, dio pie a un buen número de obras que se anticipaban a lo que podría suceder para ponernos alerta sobre el tipo de sociedad que estamos construyendo. Ahora, ya en el XXI, esa pulsión por imaginar futuros oscuros, en buena parte propiciados por el presente, no solo no decae sino que se intensifica. Son muchas las novelas que nos enfrentan a sociedades en las que el orden social, la tecnología y otros factores construyen posibles mundos que nos perturban. Hoy repasamos algunos de esos títulos, con la esperanza de que lo que podamos leer hoy nos sirva para evitar lo que pueda pasar mañana.
Un avión que logra aterrizar tras un vuelo turbulento vuelve a aparecer en el cielo tres meses después. El mismo avión con los mismos pasajeros. Ese es el sorprendente punto de partida de La anomalía, novela en la que el francés Hervé Le Tellier ganó el premio Goncourt 2020, proponiendo un incidente inexplicable que tiene repercusiones personales, científicas y políticas. Más siniestra es la propuesta de Chuck Palahniuk en El día del ajuste, con unos EE UU en el que un grupo de jóvenes planea una revolución en la que los personajes públicos más odiados serán ejecutados, y en el que el país se dividirá en zonas según su raza y orientación sexual. Y uno de los maestros de la ciencia ficción, J. G. Ballard, resumía en Rascacielos las desigualdades de la sociedad y lo que sucede cuando la tecnología falla y deja paso a la lucha encarnizada.
El final de la civilización, al menos tal y como la conocemos, es una preocupación que el mundo de la ficción ha explorado en numerosas ocasiones. ¿Qué sucede, por ejemplo, cuando la tecnología deja de funcionar? En El silencio, Don DeLillo nos enfrenta a esa situación, con unos personajes que no pueden salir de la perplejidad. Lo que llega después de ese colapso, el mundo posterior a lo que conocemos, es el tema que explora Margaret Atwood con El año del diluvio, con una humanidad deshumanizada que ha acabado por destrozar el planeta.
Otro de esos grandes temas que atraen a los escritores es nuestra relación con la tecnología. La máquina que llega a tener cualidades humanas es el centro de Máquinas como yo, en el que Ian McEwan plantea un pasado en el que nos plantea un gran dilema moral. Las hipótesis de Ted Chiang en Exhalación nos ponen también en distintos lugares grises, en los que se pone a prueba nuestra certidumbre. Por su parte, El círculo pone sobre la mesa el peligro del control que ejercen en nuestras vidas, mientras que Qualityland pone el foco sobre las relaciones personales, en un futuro en el que es un algoritmo el que decide a quién tenemos que dirigir nuestros afectos.