En Lo prohibido, el último libro de Esmeralda Berbel, asistimos a un duelo psicológico, pausado pero firme, habitual en las relaciones de hoy. Un juego de poder en el que una parte acaba por anular a la otra poco a poco. Charlamos con Berbel, profesora de escritura creativa además de escritora, y nos habla de algunos de sus libros favoritos.
“Escribo desde un lugar muy visceral”, explica Berbel, “aunque luego tengo que pasarlo todo bien por la cabeza, porque si no la escritura no funciona. Tengo que estructurar, que buscar el ritmo, entrar en un lugar mucho más sereno… Pero pienso que el libro me elige a mí y también siento que la escritura me elige a mí. Lo decía muy bien Martí i Pol: ‘No se escribe cuando uno quiere, sino cuando la escritura quiere”.
Lo prohibido, por tanto, explora una relación sentimental en el que una sombra se va extendiendo, un juego de poder y dominación que acaba en sometimiento. “Aquí se trata de la medida del poder”, apunta Berbel. “Cuando alguien simplemente desea tener un poder absoluto sobre otra persona, sin ningún tipo de medida. En el libro ella acaba anulada por la necesidad que tiene ese personaje. Esas relaciones de poder se dan un poco en todas las relaciones, pero algunas acaban anulando a alguien.
Esa relación desequilibrada esconde, en efecto, un tipo de maltrato, más silencioso pero igualmente dañino. “Es una relación de seducción y también muy confusa. Quería reflejar ese abuso que ocurre cuando una de las dos partes de una relación, en este caso una mujer, está muy entregada. Para que eso pase, él ha preparado muy bien el terreno antes. No creo en eso que se dice de ‘bueno, ya cambiará’. No cambian. Creo que hay personas malas, así de claro”.
Una de las bazas de Lo prohibido es la profundidad psicológica, la manera en la que esa dominación va ganando terreno en pequeños gestos. “La dosificación de la violencia en esta relación él la tiene muy controlada. Sabe cuándo sí y cuándo no, cuándo y con quién sí, y cuándo y con quién no. Tenía muchas ganas de poner luz a esto porque hay mucho cine sobre este tema, pero no tanta literatura.