La literatura puede hacer que el tiempo sea elástico. Es capaz de resumir años de vida en unas páginas, pero también de concentrarse en unas pocas horas y hacerlas durar mucho más. Los novelistas y las novelistas han utilizado muchas veces la estrategia de poner a sus personajes en una carrera en la que el tiempo se agota. De esta forma, consiguen transmitir esa emoción al lector, que pasa las páginas sabiendo que cada minuto cuenta. Estos son algunos de esos libros frenéticos que avanzan a contrarreloj.
Libros que transcurren en unas horas
En La educación física, reciente Premio Biblioteca Breve, Rosario Villajos nos presenta a una adolescente que trata de comprender a su familia, un entorno sexista y a su propio cuerpo. Todo ello se condensa en apenas unas horas, con la amenaza de llegar tarde a casa y ser castigada, lo que añade al relato una buena dosis de urgencia y tensión. De una forma similar, pero en un entorno mucho más deprimido, se desarrolla Todo arde. En ella, Nuria Barrios nos pasea por el lado más peligroso de la sociedad a través de la historia de un joven que intenta salvar a su hermana del abismo de las drogas.
En otras ocasiones, la literatura concentra en un espacio de tiempo breve toda una existencia. Es el caso de Carpe diem, la novela en la que Saul Bellow sigue a un personaje desesperado por las deudas que se juega su destino a una única carta. También de Cosmópolis, de Don DeLillo, en el que su protagonista cruza Nueva York en su limusina en busca de la barbería que representa su infancia. En su camino, se cruzan todo tipo de personajes y situaciones que radiografían las sombras de nuestra época.
Por otro lado, en La última hora, David Benioff (uno de los creadores de la adaptación a serie de Juego de tronos) también juega con el tiempo. La novela sigue a su protagonista en las horas antes de su ingreso en prisión, que necesita aprovechar para resolver varios asuntos pendientes con su entorno. Y en Al final mueren los dos es la amistad ante la enfermedad lo que lleva a sus dos protagonistas a intentar aprovechar las pocas horas que tienen por delante.
Libros a contrarreloj
El thriller, por último, es un género que ha sabido aprovechar al máximo la idea de ir a contrarreloj. En El libro negro de las horas, Eva García Sáenz de Urturi utiliza un ultimatum para desencadenar la búsqueda de un libro legendario. Para terminar, Hanna Jameson nos propone en Los últimos un ejercicio que mezcla el thriller con la distopía. En las últimas horas ante el fin del mundo, en un hotel se comete un crimen que un profesor de universidad se propone resolver.