Con cada nuevo libro de su serie protagonizada por la inspectora Camino Vargas, Susana Martín Gijón ha ido ganando adeptos y creando una mayor expectación que ahora culmina con Planeta, la tercera y más ambiciosa etapa de la saga. “Da un poco de vértigo”, admite la autora, convertida ya en uno de los nombres básicos de nuestra novela negra actual y que, ahora, da un paso más en cuanto a temáticas y alcance de sus tramas.
“Al ser una saga en la que en la primera entrega ya pones a la protagonista el límite, en las siguientes toca subir un poco la apuesta”, asume. “Es algo que se ve incluso en las condiciones climatológicas. Si en Progenie y en Especie había una ola de calor, aquí hay unas circunstancias un poco anómalas, este temporal que azota la ciudad y que provoca inundaciones. Esas circunstancias ya les crean a los personajes más dificultades”.
Como en sus antecesoras, en Planeta encontramos a una Camino Vargas que transgrede algunas de las convenciones habituales del género negro en una ciudad, Sevilla, que Martín Gijón se ha propuesto introducir en el noir. “Me gusta que los códigos estén ahí para romperlos, para salirse de ellos”, asegura. “Hay convenciones que sí creo que hay que seguir, como jugar limpio con el lector y no sacarse a un culpable de la manga, pero creo que hay que ir con los tiempos, adaptarse a nuevas realidades y romper con cosas que necesitan evolucionar. Para hacer la misma novela una y otra vez ya lo hicieron los pioneros maravillosamente bien”.
«Me gusta que los códigos estén ahí para romperlos, para salirse de ellos. Para escribir la misma novela una y otra vez ya lo hicieron los pioneros maravillosamente bien»
Susana Martín Gijón
Así, Camino se enfrenta a una nueva investigación con una personalidad bien marcada pero con el peso de lo ya vivido. “Yo quería huir de los personajes traumatizados, que es un cliché, y por eso siempre planteé a Camino como alguien que le gusta disfrutar, ajena a los convencionalismos, con ganas de vivir… pero ha crecido y también ha quedado tocada ineludiblemente por lo que le ha pasado en las anteriores novelas”, explica Martín Gijón. “Ahora es quizás no más empática, pero un poco más capaz de ponerse en el lugar del otro”.
Como ocurrió con Progenie y Especie, Planeta también tiene un trasfondo que va más allá de la trama policial, y que muestras los grandes temas de la sociedad actual. “Para mí es casi una necesidad, una parte importante de la escritura”, asegura la autora. «Hay que tener una trama bien armada, que sea adictiva, pero me gusta que haya algo más que se quede contigo cuando se acaba la novela, que conozcamos un poquito más de los problemas de nuestra vida. En Progenie era el tema de la familia, la maternidad y todos los modelos de familia, y en Especie cómo tratamos a los animales, relacionado con la alimentación y la experimentación. Si hablamos de nuestros principales problemas, ahora tocaba el trato que le damos al planeta y el cambio climático. Más que denuncia es un retrato de la realidad que vivimos”.
«Hay que tener una trama bien armada, que sea adictiva, pero me gusta que haya algo más que se quede contigo cuando se acaba la novela»
Susana Martín Gijón
Para terminar, confiesa Martín Gijón que últimamente no ha leído mucha novela negra. “Leí muchísima antes, tanto del canon como de compañeros, pero ahora mismo estoy recuperando algunos clásicos y releyendo más pausadamente”. Estos son algunos de sus favoritos recientes.