Libros que marcan una vida, recomendados por Carmen y Gervasio Posadas

Libros que marcan una vida, recomendados por Carmen y Gervasio Posadas

Hoy caviar, mañana sardinas es un libro muy poco habitual, como atípica fue la infancia y juventud de sus autores. Recogiendo las vivencias cosechadas durante una vida como hijos de diplomáticos, los hermanos Carmen y Gervasio Posadas decidieron escribir una obra que, en realidad, era el proyecto nunca acometido de su madre, Bimba Mañé. Unas peripecias vitales que van desde la España de los últimos años franquistas a la Rusia comunista y el Londres de la década de los 80, trufada de anécdotas y de recetas de distintas partes del mundo.

“El origen de este libro está en los premios Sent Soví, que hacen un maridaje entre literatura y gastronomía”, recuerda Carmen Posadas. “Se me ocurrió que nos podíamos presentar Gervasio y yo con ese libro que quería escribir nuestra madre pero que nunca escribió. Ella era muy creativa pero también muy caótica, y tenía la idea de escribir un libro llamado Pozhaluysta, que significa por favor en ruso y era una muletilla que utilizaba para todo”. Para la tarea, recopilaron tanto historias familiares, repletas de encuentros con personalidades de la época, como recetas que su madre iba a puntando en un cuaderno. “Los recuerdos están muy unidos a los sabores”, apunta Carmen. “Cada época y cada país y cada situación tiene una receta asociada”.

Hoy caviar, mañana sardinas ganó el premio Sent Soví en 2007 y, desde entonces, ha seguido ganando lectores fascinados por una experiencia vital atípica y el reflejo de un tiempo de cambio en distintas partes del mundo, hasta llegar a una reciente reedición. “Cuando lo escribimos, descubrimos que teníamos una vida mucho más pintoresca de lo que nos habíamos imaginado”, confiesa Carmen. Cuando ves escritas estas historias son bastante extravagantes”.

«Cuando escribimos este libro, descubrimos que teníamos una vida mucho más pintoresca de lo que nos habíamos imaginado»

Carmen Posadas

Los contrastes entre unos países y otros, y la oportunidad de mezclarse con personalidades de la política y la cultura, dan pie a unas vivencias asombrosas. “Los hijos de los diplomáticos tendemos a ser espectadores imparciales, acabas siendo de todos sitios y de ninguno”, explica Gervasio Posadas. “Vas recogiendo y comparando de forma objetiva lo que sucede en unos sitios y otros”. Un ejemplo: “Cuando estuvimos en Rusia era la época de Brézhnev en la Unión Soviética, y yo era pionero de la unión soviética, pertenecía a la organización infantil comunista”, recuerda Gervasio. “Iba a los campamentos de verano y en clase tenía una asignatura en la que aprendíamos a montar un kaláshnikov, aprendíamos a hacer trincheras… Todo en un contexto de guerra fría”.

Entre todas esas peripecias, destaca la figura de la matriarca de la familia. “Era un personaje mucho más extremo de lo que aparece en el libro”, señala Gervasio. “Nuestra madre era capaz de cualquier cosa, se ponía el mundo por montera, y era una mujer de grandes filias y grandes fobias”. Así lo demuestra su reacción al libro. “Mientras escribíamos el libro ella estaba muy enferma, pero luego se curó coincidiendo cuando ganamos el premio”, recuerda Carmen. “Un día nos dijo que ya lo había leído, y su respuesta fue: ‘Yo lo hubiese escrito mucho mejor”.

Para acabar, Carmen y Gervasio nos hablaron de libros, clásicos y recientes, que les han marcado.

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