Estos libros siniestros para no dormir son más sutiles que los relatos de terror y tan complejos como los de horror cósmico. En ellos cabe lo cotidiano, con todas esas criaturas ocultas en lo familiar. También lo inaudito y hasta lo grotesco. Te invitamos a que penetres en sus páginas bajo tu propio riesgo.
Lo espeluznante que surge en México
Lo que perturba de Tiene la noche un árbol, libro de cuentos de Guadalupe Dueñas, es que el horror se ubica en lo cotidiano. Está en la casa familiar, en el entorno, en lo aparentemente conocido. Ahí, entre la belleza y lo habitual, existen criaturas y sucesos que, al descubrirse, cuando menos pondrán los pelos de punta.
Lo raro y perturbador habita en Belleza roja, de Bernardo Esquinca. Es su primera novela y cuenta dos historias: la de un cirujano que vive en una isla y la de un fotógrafo de nota roja obsesionado con las escenas de crímenes. Ambas se unirán para crear un mundo de fetiches, deseos sexuales y espacios dignos de una serie de terror indescriptible.
Por décadas, la obra de la escritora mexicana Amparo Dávila se distribuyó muy poco. En años recientes, se revalora su legado como cuentista que dominó el arte de perturbar a través de sus relatos en donde nada es lo que aparenta. En El huésped y otros relatos siniestros, asusta lo mismo a los más pequeños que a sus anonadados padres y madres.
Lo siniestro de otras latitudes
Una familia vive en la oscuridad de un sótano para que nadie pueda ver sus rostros, deformados por el fuego. El hijo pequeño busca salir de ahí, inspirado por las luciérnagas que aparecen en el lugar, aunque hacerlo no será una buena idea. Del autor de El brillo de las luciérnagas, Paul Pen, se ha dicho que es el «Stephen King español».
Más cerca de lo grotesco que de lo fantástico se encuentra Rampo. La mirada perversa. El nombre de su autor, el japonés Edogawa Rampo, es una transliteración japonesa de Edgar Allan Poe. En sus páginas hay personajes muy extraños, con deseos retorcidos que no te dejarán dormir.
Arthur Machen es considerado el antecesor del maestro del horror sobrenatural, H.P. Lovecraft. En los cuentos de El gran dios Pan y otros relatos de terror, los seres elementales de la naturaleza se dan cita junto con las criaturas malignas de la tradición celta para configurar rituales de muerte. Son cuatro historias que, sin duda, te helarán la sangre.