Vivimos, en la mayoría de los casos, unas vidas civilizadas. La ciudad, con su orden y sus comodidades, nos aleja de nuestros orígenes salvajes. Por esa razón, muchos y muchas han decidido romper con esa vida urbanita y regresar a la naturaleza. Otros, en cambio, se conforman con vivir esas experiencias a través de la lectura. Fascinados por esas historias que ponen a prueba a sus protagonistas, hoy hablamos de los mejores libros para sentir la llamada de la naturaleza.
Libros sobre grandes aventuras
Si hay un escritor que ha marcado un canon literario sobre lanzarse a la aventura en la naturaleza, ese es Jack London. De su obra nos quedamos, obviamente, con La llamada de lo salvaje, nos adentra en la fiebre del oro a través de un personaje, el perro Buck, que es una creación literaria inolvidable. Muy posterior, pero con un espíritu similar, es Hacia rutas salvajes, el relato de un joven que rompe con la sociedad y se interna en las profundidades de Alaska.
A esta estirpe de aventureros pertenece también el reciente La parte blanda de la montaña, de Álex Prada, que une a dos personajes separados por milenios en su búsqueda en las estepas de Mongolia, luchando contra los elementos. Y otra aventura, esta vez real, es la que narra Werner Herzog en Del caminar sobre hielo, relato de su viaje a pie desde Alemania hasta París, periplo en el que le asaltan todo tipo de reflexiones.
Libros que te sumergen en la naturaleza
Vivir la naturaleza en su expresión más libre y remota es un anhelo de muchos y muchas autores, que han explorado esa comunión con lo fundacional en sus obras. El celebrado El clamor de los bosques, de Richard Powers, mezcla historias dispares de personajes unidos por una llamada hacia la naturaleza. Un viaje distinto es el que propone Robert Macfarlane en Bajotierra. Las profundidades del planeta es el paisaje que nos presenta en un libro, desde la prehistoria hasta nuestros días. Terminamos esta colección de obras con De piedra y hueso, el relato de una joven inuit que tiene que luchar por su vida en un infinito paisaje helado.
