Cuenta Mariana Enriquez en El otro lado que comenzó a escribir no porque pensase en una carrera como escritora, sino para contar las historias que ella quería leer. Esa necesidad cuando no llegaba a la veintena la ha llevado hoy a ser una autora que es capaz de generar todo un fenómeno fan, en especial después de su celebrada Nuestra parte de noche. Con ella hablamos de su reciente antología de artículos y de los libros que se convierten en obsesiones.
Videoentrevista con Mariana Enriquez
Periodismo y literatura
“Yo quería escribir, el problema es que no podía vivir de la literatura y vivía del periodismo”, explica Mariana Enriquez. La solución la encontró adaptando sus artículos a sus obsesiones. “Tenía que encontrar alguna manera de que eso fuese más grato que hacer entrevistas o notas de cosas que no me interesaba nada. Pero además, está la incorporación de columnas en primera persona que tienen que ver con una especie de humor feminista un poco antes de que existiera ese tipo de cuestiones”.
Parte de esos artículos componen El otro lado, con una edición de Leila Guerriero. “La idea era tomar los fetichismos, los temas recurrentes, los personajes que luego, de alguna manera u otra, aparecen en mi ficción”. De esa forma, el diálogo entre periodismo y escritura de ficción es una constante a lo largo del libro. “El periodismo te ayuda a estar al día con ciertas cosas, a descubrir otras cuestiones. La literatura, de alguna manera me servía, para luego volverlos parte de mi universo a esos personajes reales. De hecho, River Phoenix es el personaje de Narval en mi primera novela, Bajar es lo peor. Ya tenía ese fetiche y luego, cuando se cumplía un aniversario de la muerte de River Phoenix, le decía a mi jefe: ¿Quieres que te haga una nota sobre él?”.
Enriquez, que ahora ejerce más como editora, sigue resistiéndose a dejar el periodismo pese al éxito de Nuestra parte de noche. “Yo sigo viviendo en Argentina y para dejar un trabajo fijo allí tienes que tener una mentalidad de kamikaze fuerte”, confiesa. Ahora que esa novela se está comenzando a editar en países como el Reino Unido, y crecen los rumores de una adaptación a serie, la autora recuerda el ascenso del libro con cierta distancia. “El libro gana el premio Herralde a finales de 2019 y tiene circulación en los primeros meses de 2020, justo cuando empieza el confinamiento. Yo no me enteraba nada de lo que pasaba con el libro”.
“Me decían que había una edición nueva y yo pensaba ‘mira, está funcionando’, pero no tenía una dimensión. En 2021, que más o menos se empieza a liberar un poco la cuestión, empieza a aparecer gente que hace fan art, gente que me dice ‘me salvaste la pandemia’, gente que me mandaba cartas… cosas que no me había pasado nunca. Y después se empieza a traducir. En algunos lados funciona bien, en otros no, como en todo, pero mi sensación en ese momento es que todo eso le pasó al libro, pero no tanto a mí, porque yo no lo pude acompañar”.