Mónica Rojas y las novelas periodísticas

Mónica Rojas y las novelas periodísticas

Escritora poblana, embajadora de la organización Save the Children en México, ha trabajado como periodista y desde hace varios años vive en Suiza, donde hizo un doctorado en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Zúrich. Es Mónica Rojas y las novelas periodísticas son su cuna.

Desde el ring

Hasta este año, Rojas había publicado libros para niños sobre migración, integración y la importancia del acceso a una educación de calidad. En 2022 fue finalista del IV premio Auguste Dupin de novela negra en España con su novela Lobo, que posteriormente fue publicada por Nostra Ediciones.

Lobo cuenta la historia de un muchacho de 14 años que, a través del crimen, incursiona en el mundo del boxeo. Yendo más allá, la novela habla del instinto y el miedo confrontados en un ring.

“Para lograrlo, me di a la tarea de hablar con pugilistas a través de don José Suleimán, quienes me compartían sus experiencias, historias, y con algunos fui a los campamentos en el Cerro del Otomí, en Temoaya, para entender sus motivaciones, porque me parecía simplona la respuesta de que se subían al ring por dinero. Quería entender cuáles eran estos impulsos e instintos que los orillaban a rifarse el físico y a correr el riesgo de morir, porque el boxeo es uno de los deportes donde más muertos hay”, explica.

Historias del gulag

Este año, además de publicar Lobo, acaba de lanzar La niña polaca, una “novela histórica que cuenta una travesía de la que poco se ha hablado, la de los polacos que durante la Segunda Guerra Mundial fueron llevados a los lugares de trabajo forzado, el gulag, del lado soviético, donde las personas presas trabajaban a menos 40 grados de temperatura, estaban confinados en espacios terribles, celdas de castigo y todo eso me lo relataron quienes pasaron por ahí.

“Tras ser liberados, terminan en México, en la Hacienda de Santa Rosa, en León, Guanajuato. Ahí tuve los primeros contactos con la comunicad polaca, de la que no se había hablado. Elena Poniatowska me llevó a conocer más a fondo esta historia, que en mi libro se relata a través de la mirada de una niña, la muchacha que le da el título al libro”, explica.

La cuna del periodismo

Mónica se formó como periodista en la nota roja. “Es la fuente del fogueo, donde te pones y te ponen a prueba. Yo empecé en La Jornada de Oriente. Después de un tiempo me di cuenta de que la no ficción me quedaba angosta para la cantidad de cosas que quería recrear y transmitir. Ese fue el momento clave. Después, alguien tuvo la gran idea de regalarme Crónica de una muerte anunciada y es a partir de esa conexión entre lo que sentía, deseaba y lo que me dio, que decidí seguir el camino de la novela”.

“No he dejado de ser periodista, porque el trabajo en ambas novelas ha tenido un fundamento importante en esta profesión: la entrevista, la recolección de datos, la valoración de la información, la corroboración de datos. Sigo agarrada de la pata de la cuna, que es donde nací: la cuna del periodismo.”

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