Acabo de reseñar su libro, es una esquizofrenia total pero muy interesante, porque creo que también de pronto las mujeres podemos tener estos momentos de locura que ella describe muy bien.
Tal vez mi escritor favorito mexicano es Enrique Serna. Tiene también la capacidad de reírse de sí mismo, que es un rasgo que no es muy de México, sino más del humor inglés o de otras culturas. A mí me llama mucho la atención como lo hace él. Dicen algunos críticos literarios que, cuando llega Enrique Serna, sus personajes se esconden porque no deja títere con cabeza. Disecciona completamente el fluir psicológico de sus personajes, yo nunca he logrado hacer algo así. Este es uno de los libros que cambió mi vida.
A mí me ha gustado mucho Jorge Comensal, que es relativamente una nueva voz. Está en su segunda novela, pero a mí Las mutaciones me pareció genial. Es la historia de un abogado que pierde la lengua por un cáncer y es que es increíble que de una tragedia se pueda hacer humor negro como él lo hace. Lo agradezco mucho porque creo que reír y llorar siempre me ha hecho soportar la vida mejor.
Es de los libros que definitivamente cambiaron mi vida. Hizo que me enamorara del personaje principal; creo que por muchos años lo busqué en los hombres de los que me enamoraba. Es una novela sobre la vida de Oriana Fallaci con el poeta griego y líder de la resistencia al régimen militar Alekos Panagoulis, un terrorista que quiso explotar el Partenón griego cuando estaban los militares gobernando Grecia. Es una historia que me marcó profundamente.
Descubrir a Tina Modotti a través de esta biografía extraordinaria fue enorme para mí. Me inspiró, me dio información, me fascinó. me hizo encontrar las similitudes entre la historia de la fotógrafa y la mía. Me acercó a su vida en México. Y acaba con la muerte e de Tina, justo donde comienza mi nueva novela.
El autor es de Trieste, la misma ciudad de Vittorio Vidali, último amante de Tina Modotti y personaje asociado al Partido Comunista Soviético. Su personaje, Diego de Henríquez, colecciona artefactos de guerra, carros y tanques, armamento, utensilios. Solo un mago como Magris puede escribir así de un tema semejante.
Aunque Serna es un cuentista de primera línea, esta novela no tiene igual. Nos habla de uno de los periodistas más controvertidos en México, Carlos Denegri, el mejor y el peor en su rama en los años 40, 50 y 60 del siglo pasado. Me encanta que retrate el México de los años cuarenta, época en la que se desarrolla mi novela. Dicen que cuando Serna llega con un personaje, los personajes se esconden porque le tienen miedo. Esto debido a que disecciona el fluir psicológico de cualquier personaje de una manera extraordinaria. Es un gran maestro.
Es una historia sobre León Trotski y sobre Ramón Mercader, su asesino, teniendo a un narrador intermedio. Este libro ayudó a que entendiera cómo quería escribir Fuego que no muere. Su ritmo, su lógica. Además, Padura es excelente para darse cuenta de cómo funciona la mente de una criminal y de su víctima, a través de los ojos de la Historia.
Pablo Neruda es a quien le debo el título de Fuego que no muere. Es la frase de la última prosa que el poeta leyó y recitó a Tina Modotti. Es el recorrido por la vida de un poeta inspirador. A pesar de que hoy en día se le ha catalogado de misógino, su obra sigue siendo actual y nos da a conocer una visión del arte y la creación siempre novedosa.
Lo que opina Claudia Marcucetti Pascoli