También me fascina la historia, las
novelas que te enseñan cómo se vivía en otros contextos
históricos. Me encantó porque cuando acabé de leer el libro, que
está muy bien documentado, miré en Internet y vi que el autor tenía
28 años.
También lo leí con 13 años y me
fascinó ese mundo erótico. Mis padres no me ponían ningún filtro
ni en películas ni en libros, tenía libertad para coger todo lo que
había en la biblioteca. Me encanta cómo escribe Almudena Grandes.
Lo leí con 13 años y me conmovió. Me
siento afortunada de leerlo con esa edad, porque si lo leyese ahora
no me habría provocado lo que me provocó. Ese personaje no tenía
nada que ver con lo que yo conocía hasta ese momento. Me llamó
mucho la atención que no quisiera tener vínculos afectivos con
nadie.
Los personajes femeninos de Shakespeare son los más pobres, en el sentido que casi toda su obra está basada en personajes masculinos, pero también mostraba la situación de la mujer. Creo que su único personaje femenino libre es Julieta, que a mí es la que me apasionó, y lo hice en la escuela de interpretación. Luego con el tiempo hice Ofelia, y luego te das cuenta de que es un personaje que acaba como acaba porque quiere ser y no puede.
Como actriz, he leído mucho teatro. Me
apasiona Chejov, Shakespeare, Ibsen... He aprendido mucho leyendo
teatro, sobre todo de la conducta del ser humano. Lorca y Tennessee
Williams me gustan especialmente, y creo que el hecho de que fueran
gays en una época en la que había que ocultarlo tiene mucho que
ver. Leí La casa de Bernarda Alba con 14 años y fue uno de los
libros que más me impactó. Supongo que al ser mujer ver esos
personajes que son pero no pueden ser me conmovió muchísimo. Te
sientes identificado.
Lo que opina Marta Etura