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Vicenta Ndongo
Librotea
Lo que opina Vicenta Ndongo
Este
libro lo ha escrito una amiga a la que siento muy cerca. Ella estuvo
muchos años viviendo en Varanasi, y en tiempo de la pandemia, en
marzo, estuvo allí confinada, sola en su casa, y de ese momento
surgieron sus relatos. Preciosos relatos. Son historias que ella ha
vivido, algunas, y otras no, pero cada uno en sí mismo es un
pedacito de sabiduría y amor. Me han llegado al alma.
¡Este es mi top! Me transformó este libro. Me hizo sentir que hablaba de algo muy cercano en mí. Cuando hablan de los clásicos y se dice de ellos que no hay edad ni tiempo para ellos, pues eso mismo. Con Tolstoi siento que está hablando del ser humano, sin importar en qué siglo nos hallemos. Es un filósofo, sabio y muy cercano, a pesar del tiempo que nos distancia. No voy a explicar de qué trata. Hay que leerlo, sí o sí, y más ahora con todo lo que tenemos, tanto y tan poco…
Me regalaron este libro cuando fui madre. ¡Lo devoré! Lo escribió la hija pequeña de Else, la madre, la protagonista de la historia. Te descubre a una mujer, judía, burguesa, nacida a principios del siglo 20, en Berlín. Que vive intensamente. Que quiso tener un hijo con cada hombre que amo. Y así ocurrió. Tuvo tres hijos de padres diferentes. Cómo pasó de ser una burguesa llena de privilegios a, tras la guerra, convertirse en otra persona. Con otros ideales y aspiraciones, un cambio radical. Me gustó mucho, cómo relata ese cambio. Aunque paradójico, ese cambio resultó ser purificador para ambas, madre e hija.
Habla, también en primera persona, se abre en canal, y explica cómo ha podido sobrevivir al racismo dentro de su propia familia. Toda la idiosincrasia del racismo. Pero explicado desde la más desgarradora naturalidad, y con mucho humor, me he reído, fundamental para mí cuando se hablan de grandes fisuras en la sociedad.
Es una declaración de principios. En la que Virgine, descaradamente, desmenuza su vida, su valentía, y claridad, hacen del libro una necesidad para toda mujer. Desgrana cómo la prostitución es utilizada como estigma para lavar conciencias. Y deja aparte todo prejuicio sobre la pornografía como necesidad para liberarnos de todo prejuicio. Y como medio de curación para la sociedad en general. En fin, que vale la pena leerla, ni que sea para no estar de acuerdo.
Lo que opina Vicenta Ndongo