Iraida Noriega

Lo que opina Iraida Noriega
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En los años noventa me lo regalaron y se volvió como una Biblia para mí, siempre lo tengo cerca. Se lo regalo a la gente que quiero y lo vuelvo a comprar, porque es un libro que, donde lo abro, sus páginas siempre me hablan, me abrazan. Es de cabecera.
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Es un libro que recomiendo mucho. En mis talleres lo cito, porque creo en lo que dice. Kandinsky habla de que todos somos energía y dentro de cada uno de nosotros esta la fuente enorme de esa energía. Las vibraciones se convierten en música, en literatura. La época en la que él comenzó, ese movimiento artístico que enlaza todo con el todo, me conmovió.
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Las historias que Rosa comparte nos hacen darnos cuenta de que hasta los personajes que admiramos tienen sus pasiones, sus dramas, infidelidades, romances, emociones. No somos los únicos que las vivimos. En estas páginas habla de reyes, de pintores, de personas de la música, y cómo han vivido esa emoción. Leer este libro me hizo entender nuestra humanidad y este mundo en donde todo es pasión.
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Soy muy fan de Isabel Allende porque suele escribir sobre la vida de sus personajes desde que son jóvenes y décadas después. Nos da el chance de ver una perspectiva diferente de la vida. Cuando la leo siento que nada es estático, que la vida da vueltas todo el tiempo como lo muestra en Paula. Hay algo en lo que Isabel Allende comparte sus cosas, su mundo, que es de una fragilidad tan grande como su fortaleza. Leer esta novela me ayudó a enfrentar dolores que serían imposibles de superar si no tuviéramos en apoyo de los libros sanadores, como éste.
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Este libro parte de un encuentro de 13 abuelas de las distintas tradiciones de América: hay mayas, navajas, brasileñas, africanas, que comparten sus ideas sobre sus respectivos procesos en la sanación y cómo, a partir de esto, comparten sus experiencias, su sabiduría. Están viendo lo mal que está nuestro mundo, cómo necesitamos recuperar la visión de la naturaleza, para que las y los jóvenes no pierdan sus raíces. Me gusta la idea de lo que es ser abuela; no es que yo lo sea, pero me siento identificada con lo que dicen, con la explicación de los cuatro colores de las etnias y de los rumbos de una manera filosófica tan profunda, que me conmueve mucho, porque siento que estas mujeres rescatan la vitalidad de la ritualidad. Me gustan los rituales; publicar un libro, cantar en un escenario, son a fin de cuentas rituales que trato de tener en la vida cotidiana.