Sinopsis
«Soy Maura y no puedo detener esa vocecita interna que me dice cosas y que no se calla nunca, Rudra. Me urge hablar contigo, me urge parar de pensar y hablar con alguien.» Maura estudia el tercer año de secundaria en la diurna número Treinta y Ocho del Distrito Federal mientras su vida atraviesa un terremoto de dimensiones planetarias: papá se fue de la casa y en la escuela cancelaron el viaje de fin de cursos. Sin embargo, ella se las arregla para que en sus cuadernos quepan, organizados por colores, la composición celular de las plantas, los ecosistemas de la Tierra y la Guerra del Golfo Pérsico. Son los años noventa: para la mayoría, el internet aún es un mito, el desprendimiento de glaciares una funesta promesa y la familia una institución que se tambalea. Pero en medio de la catástrofe en la vida de Maura se levanta, como un íntimo Taj Mahal, la Plaza Universidad con las malteadas del Helen’s; también las jícamas con chile del tianguis, las aventuras que imagina para su Madelman esquimal y el bilé color bronce dorado compartido con sus amigas. Y algo más. Algo irresistible. Un sentimiento nuevo, pegajoso y deslumbrante, que llegó junto con una inesperada mancha en la falda blanca de deportes. Y un nombre: Rudra, la del salón E; Rudra, la que grita cosas insensatas en las ceremonias es colares; Rudra, la que visita con ella el Kilimanjaro en sus ensoñaciones; Rudra, la que ¿algún día leerá esta historia?