Sinopsis
Tantas páginas se han escrito sobre Carlota y Maximiliano que bastarían para tapizar cada muro del Castillo de Chapultepec. ¿Qué más queda entonces por decir? Esta novela no intenta revivir el Imperio mexicano con datos fehacientes ni héroes empolvados por la gloria. Lo que aquí se ofrece es otra cosa: un testimonio alucinante narrado por una cortesana que ha perdido la razón, y que desde ese margen turbio reconstruye la figura esquiva de la emperatriz Carlota. Una loca narrando a otra loca. Tampoco se trata de una novela histórica en el sentido convencional. José Luis Trueba no busca reconstruir la Historia, sino hurgar en sus silencios, inventar sus grietas, dramatizar lo que se insinúa entre rumores. Con la lucidez de la locura, esta novela se atreve a decir lo que nadie pudo ver. Aquí la verdad es apenas un decorado. Lo que importa es la intensidad con que se vive, se sueña, se desea. Y si algo busca este relato es darle cuerpo a esa otra historia: la que no cabe en los documentos, la que sólo puede contarse desde el desvarío. Carlota, la otra historia es una novela que se atreve a cruzar la realidad con la invención, el archivo con el susurro y el delirio con la posibilidad de una verdad más íntima, porque hay cosas que sólo se revelan cuando la razón se retira y la literatura entra en escena. “Ahora soy la loca que huyó del manicomio para pedir limosna y contar las historias que nadie le cree. Pero allá, detrás de las rejas de su castillo, Carlotita te puede decir lo mismo.”