Sinopsis
Esta obra se trata de una energía, de una intensidad. Sí, ahora viene, está viniendo, y es llamada como cualquier cosa que va dejando rastros: una historia, una huella, un lenguaje y se ha movilizado. La hemos sentido desde lo humano, desplazándose hacia el afuera, y nos siembra las dudas de una lectura material, de una percepción o de una idea. La filosofía y la poesía siembran dudas por cada lado. Esta relación ha hecho jalonearse a las teorías aquí y allá, pero el lenguaje permanece abierto y puede fabular una habitación compartida. Es por eso que no sólo se ha tratado del lenguaje, sino de esta vitalidad que se encuentra cada vez en el borde de lo que delira como control, como dominio, pero que, no obstante, es también ese pulso de los adoloridos, o de los testigos, o de los alegres. Es un pulso que se sigue moviendo ante los dispositivos de control del lenguaje