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Carmen Amezcua y su libro "Tu viaje de sanación psicodélica"

La pionera en psiquiatría integrativa en México habla sobre el uso terapéutico de psicodélicos como la psilocibina y la ketamina, y su integración con la sabiduría ancestral y la ciencia moderna.

Carmen Amezcua, la psiquiatría integrativa y su libro "Tu viaje de sanación psicodélica". Foto: Verónica Maza
Carmen Amezcua, la psiquiatría integrativa y su libro "Tu viaje de sanación psicodélica". Foto: Verónica Maza
Verónica Maza Bustamante Américas /

Hoy en día, la salud mental demanda nuevos paradigmas y la psiquiatría integrativa surge para unir el rigor científico con las sabidurías ancestrales. La doctora Carmen Amezcua, pionera en este campo en México y especialista certificada en terapia asistida con psicodélicos, encarna esta síntesis. Su libro, Tu viaje de sanación psicodélica es un relato personal y profesional que busca desestigmatizar y contextualizar el uso de sustancias como la psilocibina, la ketamina o la ayahuasca. 

Videoentrevista con Carmen Amezcua

Entrevista con Carmen Amezcua sobre su libro de medicina con psicodélicos
Entrevista con Carmen Amezcua sobre su libro de medicina con psicodélicos

De la trauma personal al renacimiento psicodélico

El punto de partida de la obra y de la práctica clínica de Carmen Amezcua se encuentra en una experiencia fundacional: el terremoto de 1985 en la Ciudad de México. Este evento traumático, que vivió en su adolescencia en la colonia Roma, marcó un antes y un después, sembrando una pregunta persistente sobre la naturaleza del sufrimiento y la recuperación. Años después, su formación como psiquiatra en instituciones de prestigio, tanto en México como en Estados Unidos, le reveló las limitaciones de un modelo que, en su opinión, fragmentaba al ser humano. 

Carmen, ¿por qué escribiste Tu viaje de sanación psicodélica?

Este libro es un intento de terapia personal. Cuando comencé a escribirlo, la idea era regresar a mi historia, entender cómo había salido adelante de un estrés postraumático. Yo fui niña del 85 y ese terremoto marcó mi vida. Estaba en la colonia Roma y perdí muchas cosas. Afortunadamente no perdí la vida, pero perdí la paz. Era adolescente y a partir de ahí fueron sucediendo muchas cosas. Fui buscando caminos. Finalmente me hice psiquiatra y llegué a amar las neurociencias, a entender cómo funciona el cerebro y el trauma. 

Me di cuenta que la psiquiatría que estábamos haciendo era una psiquiatría obsoleta, que separaba el cerebro, la mente y el espíritu. Regresé a las raíces que nos han enseñado nuestros ancestros, a esta parte milenaria de sanar en comunidad, de sanar con la tierra, con las plantas de poder. Así llegué a los psicodélicos. Este libro es un relato que habla de cada una de esas medicinas, tanto las naturales como las sintéticas. Al final hago un resumen de lo que es la psiquiatría integrativa, de cómo estas medicinas no pueden ir solas, sino que tienen que tener un camino de trabajo espiritual, un trabajo corporal, un trabajo sobre la mente y el trauma y un trabajo sobre la medicina de estilo de vida.

¿Cómo surgió tu investigación por los psicoactivos?

Por una necesidad no cubierta que encontré en la psiquiatría que me enseñaron. Estudié en el Instituto Nacional de Psiquiatría y después me fui a Estados Unidos a hacer varios posgrados. No encontraba una respuesta adecuada. Cuando me topé con los veteranos de guerra en el Hospital de Madison en Wisconsin y ellos me cuentan sobre el uso de la cannabis, la mescalina, el LSD, la psilocibina, me surge esta curiosidad de entender más lo que tenemos en México como patrimonio cultural, que es el uso de las plantas de poder. Regresé a México después de este momento para trabajar con muchos abuelos, abuelas, gente medicina de nuestros pueblos. Ahí conecté con la tierra, con esta sabiduría y con el poder que tiene, no solamente las plantas en sí, sino la comunidad, la sabiduría de poder conectar con tu cuerpo, moverte, la música, el fuego y la conexión con el todo.

¿Cómo logras vincular la psiquiatría con la sabiduría ancestral?

En los años sesenta viene esta famosa primera revolución psicodélica donde se encuentra la estructura del LSD. Se combina entonces esa estructura con el análisis de las moléculas naturales como la psilocibina y ahí surge la ciencia de los psicodélicos. Las neurociencias, de hecho, fueron medicinas que los psiquiatras usamos en los años sesenta y setenta, que salen del consultorio al espacio recreativo.

Lamentablemente en el periodo de Nixon se criminalizan, se meten a un espacio totalmente ilegal y se cierra la puerta de la ciencia. Es en el año 2000, donde gracias a MAPS (Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos), institución que trata de estudiar sobre todo el MDMA y algunos otros psicodélicos, que se vuelve a abrir la ciencia y los protocolos de investigación en relación a depresión resistente, estrés postraumático, adicciones, anorexia, bulimia. Ahí es donde logramos hacer este puente de lo que hoy la ciencia nos dice sobre el mecanismo de acción de estas medicinas. 

Hablamos de la neurogénesis, es decir, genera nuevas neuronas, de cómo podemos conectar nuestros cerebros y la neuroplasticidad que existe. Gracias a la tecnología y las imágenes cerebrales nos damos cuenta que nuestros ancestros tenían toda la razón, que no solamente es sanar tapando los síntomas, como lo hace hoy la psiquiatría tradicional, sino que a través de estas medicinas somos capaces de modificar nuestra conducta, ver el trauma desde otro lugar, analizarlo de una forma diferente. 

También hemos observado como estas medicinas cambian la microbiota intestinal, cambian las hormonas, cambian el sistema inmunológico. Ha sido la ciencia quien ha abierto la puerta. Este puente del relato en el libro es desde este modelo de ser psiquiatra y ahora también mamá y paciente. Podemos llegar a entender lo que nuestros pueblos milenariamente conocían. Hoy simplemente la ciencia lo está traduciendo en datos, en imágenes y en investigaciones que están dando luz y esperanza a mucha gente que hoy no tiene una respuesta para sus tratamientos.

Tu viaje de sanación psicodélica

Tu viaje de sanación psicodélica

Carmen Amezcua
Planeta México

Protocolos, riesgos y la integración mente-cuerpo-espíritu

Para la doctora Amezcua, llevar estos principios a la práctica clínica diaria implica navegar un panorama legal complejo y una demanda social creciente. Desde su consultorio, su labor se centra en dos frentes principales: la aplicación de protocolos científicos con las herramientas disponibles y la integración de experiencias que las personas tienen en otros contextos. 

¿Cómo usas las psicodélicas en tu consultorio?

En México solo tenemos dos medicinas psicodélicas legales: la cannabis y la ketamina, y la esketamina que es un derivado y está farmacológicamente disponible. Todas las demás moléculas están en el campo ceremonial o recreativo. Mucha de mi labor es integrar esos procesos. Esto no va a parar. La gente no va a dejar de utilizar las sustancias. Parte de mi labor con el libro fue también hablarle a los más pequeños, porque hoy el acceso a estas sustancias en el entorno recreativo y no médico es con un click. Entender las sustancias, conocer los pros y los contras y entender qué es lo que te vas a meter y las consecuencias que esto podría llevar si no lo haces bien cuidado fue parte del objetivo.

Cada una tiene sus mecanismos de acción, sus pros, sus contras. Lo interesante hoy es conocer, educarnos y saber qué hacer con cada una. Hay varios riesgos que no teníamos antes. Número uno: la adulteración de sustancias en el mercado está creciendo. Acaban de publicar un artículo sobre el fentanilo en México. El Estado de México y Ciudad de México ya se están convirtiendo en focos de atención porque esta molécula ya está llegando a los rapés, a láminas de LSD, donde la gente puede llegar a tener riesgo. El segundo es la mezcla de sustancias. Hay que dejar muy claro que si vas a consumir, consumas solamente una y que la dosificación la vayas haciendo de forma paulatina.

Yo veo también lo feo de estas moléculas y tenemos que reconstruir la psique, ayudar a la persona a integrar el proceso para volver otra vez a tener calma y paz después de un viaje fallido. Mi labor ha sido variada. Acompaño en procesos de ketamina, que es un anestésico disociativo que ayuda en trauma, depresión resistente, ansiedad generalizada. Son protocolos cortos de un par de horas que llevan un seguimiento. Y la cannabis medicinal, que como mexicanos nos tenemos que sentir orgullosos de que por lo menos esa parte está bien orquestada y como médicos tenemos un reglamento. Todo lo demás es empujar los protocolos de investigación y ayudar a las personas que se exponen a estas sustancias para integrar los procesos.

¿Cómo deberíamos incluir la dimensión integral en la terapia?

Entender que el cuerpo es quien lleva la cuenta y quien manifiesta en sintomatología muchos traumas, duelos, abandonos, es la primera parte. No somos solamente corazón, intestino o hígado. Somos una conjunción de la mente, el cuerpo y el espíritu. El primer síntoma más grave es la desconexión con uno mismo y con esta espiritualidad que no tiene que ver con religiosidad. Tiene que ver con una comunicación interna, con el escucharnos, con saber que la respuesta siempre va a estar dentro de nosotros. Después entender este cuerpo. Saber reconocer, saber sentir, saber identificar y poder mover todas esas emociones del cuerpo para poder sanar. En el cuerpo radica también el tema de la nutrición, el movimiento, las relaciones. Esto convierte la práctica integrativa en algo muy fácil de hacer. 

El componente espiritual es simplemente conectar a veces con la naturaleza, ciertas prácticas meditativas, el cantar, orar, hacer mantras. Puede llegar a ser algo que te vuelva a reconectar. El cuerpo, en ese afán de tener una nutrición más desde la tierra, menos industrializada, empieza a cambiar la microbiota, que es este segundo cerebro. El segundo cerebro es capaz de producir los neurotransmisores suficientes para darnos paz, calma, tranquilidad. Y esta medicina de estilo de vida tiene que ver con patrones de sueño, cómo nos relacionamos con nuestro trabajo, qué tan felices somos, cómo disfrutamos a nuestra pareja, a nuestros animales, cómo es nuestra relación con nuestros hijos, con nuestros colegas. Todos estos elementos son parte de este libro. Ninguna planta, ninguna medicina, así sea alópata, va a funcionar sin este esquema de mente, cuerpo y espíritu. Eso es lo que está faltando en nuestro sistema de salud. 

¿Hay restricciones para este tipo de terapias?

Estas terapias no son para todos. Eso también lo sabían nuestros ancestros. A nivel neurocientífico hay ciertos criterios de exclusión. Gente que tiene antecedentes familiares de psicosis o trastorno bipolar. Personas dentro del espectro de la personalidad limítrofe también suelen excluirse en los estudios clínicos. Gente que tiene una crisis aguda. Estas medicinas no son para ayudarnos en crisis agudas. Obviamente, problemas cardiovasculares, hepáticos, renales. Hay que tener cautela. Son medicinas que aceleran el corazón, llevan la frecuencia cardíaca a un lugar muy alto. Gente con antecedentes de hipertensión, angina de pecho, un infarto previo, se pone en riesgo. Embarazadas. Muy pequeñitos es algo que está en debate. Nuestros pueblos milenarios han usado estas medicinas desde el nacimiento, pero en el entorno científico se consideran poblaciones donde no debemos utilizar estas moléculas. Esos son los que yo diría que no deberían de consumir estas medicinas.

¿Cómo ha sido el viaje de escritura de este libro?

El volverme escritora fue una aventura. Cómo hacerlo sencillo, que tu voz realmente se escuche. Lo más fácil fue hablar desde mi propia historia. Eso te hace ver que muchos médicos también sufren, también han pasado por muchos duelos, por mucho dolor. Contarlo desde ahí hace que este sea un libro cercano, que habla desde mi historia personal, como mamá, como paciente y como psiquiatra en un sistema que hoy considero obsoleto. 

Estas técnicas novedosas están avaladas científicamente. No trato solo con cosas chamánicas. Trato con cosas que tienen evidencia científica demostrada. La meditación, el mindfulness es una de las terapias donde vemos como la amígdala, esta estructura de supervivencia, baja la activación metabólica y mejora síntomas. Toda medicina psicodélica o no psicodélica sin estos elementos integrativos solo va a ser un buen viaje, pero no va a ser un cambio profundo en tu salud. El libro cuenta como estas medicinas integradas de forma correcta, llevadas de la mano en un proceso adecuado, pueden cambiarte la vida y pueden ser esperanza para millones de personas.

Carmen Amezcua recomienda libros de sanación psicodélica

  • Hongos fantásticos

    Hongos fantásticos

    Paul Stamets y Louie Schwartzberg

    BLUME (Naturart)

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    Recomiendo Hongos fantásticos, de Paul Stamets. Es sobre cómo la psilocibina está en los hongos y describe las especies. Yo soy una amante de los hongos, los pueden ver en mi consultorio por todos lados, y ahí describe cuáles son, cómo son sus características, dónde se encuentran, etcétera.

  • La vida secreta de las plantas

    La vida secreta de las plantas

    Christopher Bird y Peter Tompkins

    Capitán Swing Libros

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    La vida secreta de las plantas es un libro maravilloso de Peter Tompkins, y habla justamente de cómo las plantas tienen un lenguaje que nosotros no escuchamos, de qué manera se comunican con el hombre, cómo tiene que ver con el lugar en donde crecen y cómo es este lenguaje que a mí me parece fascinante. Yo soy amante, obviamente, de ese tema.

  • La memoria secreta de las hojas

    La memoria secreta de las hojas

    Hope Jahren

    Paidos México

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    Otro libro que también conecta mucho con el anterior es este que se llama La memoria secreta de las hojas. Y es un libro precioso donde se va hablando de cactus, enredaderas, diferentes plantas, cómo tienen una memoria y tienen una manera de comunicarse con nosotros. Es una historia preciosa de árboles, ciencia y amor. Conecta mucha parte de la botánica, etnobotánica y también de las neurociencias, entonces me encanta.

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  • Astrología, Psicología y los 4 elementos

    Astrología, Psicología y los 4 elementos

    Stephen Arroyo

    Editorial Kier España S.L.

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    Este es un libro que a lo mejor a un psiquiatra le parecerá raro que lo lea, pero para mí fue algo muy bonito. Es de Stephen Arroyo y se llama Astrología, psicología y los 4 elementos. Aborda una visión transpersonal de lo que es la psicología, la mente, y cómo podemos nosotros relatar los eventos de un ser humano a través de otros elementos que no son los comunes, justamente como la astrología.

  • Encuentro con la sombra

    Encuentro con la sombra

    C. Zweig y Jeremiah Abrams

    Editorial Kairós

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    Este es un libro más chamánico que se llama Encuentro con la sombra y es un libro bastante viejo, pero para mí ha cambiado mi experiencia con respecto a lo que tiene que ver con nuestros lados oscuros. Aborda cómo muchas veces la sombra, que está siempre presente en cada uno de nosotros como humanos, puede ser un canal también de mucha luz, de mucha iluminación y conocimiento.


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