Los libros detrás de la música de María Arnal
La artista española revela los secretos de su próximo álbum, su método de escritura fonética y cómo combina polifonía renacentista con tecnología de vanguardia.
Los libros no son solo un adorno en el estudio de María Arnal; son la savia y el esqueleto de su música. La artista española construye sus discos como preguntas al mundo, nutriéndose de filosofía contemporánea, ficción especulativa y la poesía latente en las letras renacentistas. Aquí revela los secretos de un nuevo álbum donde la literatura se vuelve método: un proceso de escritura fonética que desarma la palabra para reinventarla. También recomienda libros para entender su mente.
Videoentrevista con María Arnal
Eterno resplandor de una mente curiosa
Da gusto conversar con María Arnal porque, para ella, la creación es un acto de traducción continua. Formada en Traducción e Interpretación y con un máster en Artes Escénicas, la artista que revolucionó el folk hispánico junto a Marcel Bagés en el aclamado disco 45 cerebros y 1 corazón (2017) concibe su trabajo como un puente entre disciplinas.
Escucharla nos lleva a entender que para esta artista todo es y será posible. Su energía es contagiosa, así como su curiosidad, que la ha llevado a vivir varias vidas con tan solo 38 años, como aquí nos comparte.
María, ¿cómo dialogan la música y la literatura en tu trabajo?
Si a mí me preguntas qué soy en el corazón, siento que hay mucho de cantautora. Al final he encontrado mis maneras. Si vacías de sofisticación toda mi práctica, realmente en el centro o en el inicio de todo está el escribir como necesidad para entender el mundo o para hacerme preguntas y compartirlas sobre el mundo que nos rodea y nuestro tiempo. Cada uno de mis discos es una pregunta hacia el mundo. El primero hablaba de todas las tensiones que teníamos con la historia, la memoria, todo lo heredado tanto en la música como en la historia más reciente, en la idea de lo preconcebido del folklore.
El segundo iba sobre las narrativas apocalípticas. En el segundo había muchísima influencia de la literatura, sobre todo de la ficción, literatura especulativa, y también de la filosofía más contemporánea de Timothy Morton, de la ficción de Ursula K. Le Guin, de Donna Haraway. Había mucho esta idea de lo apocalíptico y de la narrativa apocalíptica, que además salió en medio de la pandemia. Había toda esta idea posthumanista, porque al final era un disco de canciones. Sí que había mucho de haber leído todo esto y de repente usarlo como punto de partida mío interior para expresar un momento muy clave: en realidad es que me habían roto el corazón.
Entonces yo sentía que era mi apocalipsis personal y que el mundo estaba resonando mucho con una idea de fin, también histórico: fin de la democracia como se había entendido, fin de la salud como se había entendido, del progreso como se había entendido. Pero ese apocalipsis puede tener un mensaje de esperanza. Ahí, toda la lectura de Morton, de Haraway, fue súper interesante. Pero todo eso venía de un corazón roto. La cantautora, digamos, ahí se complicó un poco la vida, pero cuando estás rota, hay esa necesitad de creer y necesitas inventar nuevas realidades y nuevos mundos, y creer que van a ser posibles.
Con todo esto, ¿hacia dónde te diriges con tu nuevo trabajo discográfico?
Justamente este próximo disco habla desde un lugar mucho más íntimo porque mi punto de partida fue: quiero hacer un disco haciéndolo todo como por primera vez, es decir, nada como lo que he hecho antes. Por ejemplo, antes solía siempre escribir las canciones primero y luego les ponía melodía, luego les hacía los arreglos, la producción… todo a partir de la palabra escrita.
Aquí, por ejemplo, he hecho todas las canciones sin texto, todas solo cantadas, y luego he ido haciendo el texto a partir incluso de los fonemas que habían salido de mi voz, naturalmente como expresión de la voz cantada a un nivel fonético y no semántico. Eso ha sido un ejercicio chulísimo porque casi me he ido muy hacia la poesía fonética. Me ha dado como un respaldo ese lado de la literatura.
Luego, por otra parte, he trabajado mucho con referencias sobre todo de la música polifónica tradicional, que tiene como su punto en Europa… un punto de explosión o un inicio de explosión que es en el Renacimiento, después de la polifonía medieval que es mucho menos compleja. Ahí, por ejemplo, también toda la literatura que existe de letras, porque es el momento en que se empiezan a separar esas voces, ya no hablan solo de Dios, sino que hablan del mundo interior de las personas que lo cantan y empiezan a ser composiciones no tan religiosas, sino más amorosas, más cotidianas. Eso pasa en ese momento en la música. Es superinteresante.
Por ejemplo, siento que a nivel de literatura, las letras de las canciones siempre están en un espacio extraño, que pueden no considerarse literatura, pero en realidad lo son, y también tienen una expresión de su propio tiempo.
¿Cuándo lanzas el disco?
Estoy muy contenta porque acaba de salir el segundo single de este álbum, que va a salir en algún momento de 2026, no puedo decir más. Es un álbum que estoy muy contenta de haber hecho, que estoy ahora acabando aquí de grabar las voces.
Este año también hice la música de un espectáculo de La Veronal, de la compañía de danza con su espectáculo Sonoma, y que es dirigido por Marcos Morau, el coreógrafo. Este espectáculo se llama "La muerte y la primavera", que justo está basado en el libro "La muerte y la primavera" de Mercè Rodoreda, que es una de las grandes escritoras pioneras en Cataluña. Pues también estará en gira este espectáculo.
Y luego también voy a estar en Tokio en agosto, preparando la música de un espectáculo de danza con músicos tradicionales japoneses, también con Marcos Morau, coreógrafo. Pero sobre todo voy a estar de gira con este nuevo disco. Así que muy contenta, muy emocionada, los conciertos están siendo casi como rituales de iniciación y de purificación, de renacimiento, y es una energía preciosa realmente.
De la traducción al sonido
La trayectoria de María ha estado marcada por una búsqueda incansable que la ha llevado desde la investigación etnomusicológica hasta la vanguardia tecnológica, siendo una de las primeras artistas españolas en explorar la Inteligencia Artificial desde una residencia en el Centro Nacional de Supercomputación. Hace una semana se presentó en el Foro FIL de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, como parte de la representación de Barcelona, país invitado de honor en la edición 2025. En el escenario pudimos ver el resultado de su labor actual.
¿Cómo se une en tu trabajo el pasado con las posibilidades tecnológicas actuales?
Yo soy una persona muy curiosa, me encanta aprender, me encanta entender las cosas. Cuando en mi última gira terminé bastante cansada de la dinámica disco-gira, disco-gira, disco-gira, fue como… esto no va por ahí. De repente me hice la pregunta: ¿y si mi relación con la música está siendo limitada de esta manera? Yo tengo más potencial en otros sitios de la música. De repente, hace como tres años surgió la posibilidad de, por un lado, hacer una beca europea muy guay de ciencia, tecnología y arte, y luego por otra parte me encargaron algunas instalaciones sonoras y también me propusieron hacer varias bandas sonoras de música para películas.
Entonces dije: "Ostras, esto es genial porque es como investigación sobre música y tecnología por un lado, que tiene una salida muy artística, que es la de la instalación sonora, y luego hay la parte de composición en la que yo trabajo, pero al servicio de una idea más grande definida por un director, directora o coreógrafo" (porque también he hecho mucho espectáculo para danza). Al final es como una escuela que estoy haciendo de cosas que puedo hacer fuera del circuito disco-gira. Gracias a la experiencia con la danza, por ejemplo, pues ahora yo llevo bailarinas en mi espectáculo; gracias a la experiencia de composición de las bandas sonoras, pues ahora tengo una paleta de sonidos gracias a todo ese material que he usado en este disco.
El equipo, por ejemplo: el músico que me acompaña en directo, que es Pau Riutort, también es productor, ha producido muchas de las canciones del disco. La mayoría de canciones del disco las hemos producido entre los dos, y también es como un equipo nuevo.
Toda la parte de investigación y de nuevas tecnologías responde un poco a una necesidad de entender también el tiempo en el que vivo. Todo el tema de la IA y todo esto, es como que todo el mundo la tiene en la boca, pero nadie sabe muy bien ni cómo funciona. Y entonces yo era como: yo quiero entender cómo funciona, tengo esta beca, puedo estar un año entero en el centro de supercomputación nacional de España, en Barcelona, con un supercomputador, con un equipo de físicos y físicas cuánticas que me pueden explicar bien cómo funciona, que podemos hacer incluso nuestros propios modelos, que podemos probarlos. Así que ha sido increíble. Poder tener eso y luego también ser artista residente en el laboratorio de instrumentos musicales que hay en Islandia, que son una gente superguay también que hacen instrumentos digitales a medida, que hemos diseñado uno de estos instrumentos para el espectáculo que llevan las bailarinas y transforman su movimiento a síntesis de voz y suenan ellas cuando se mueven: suenan voces mías con mi timbre. Todo esto está en el espectáculo y si lo quieres entender lo entiendes, o sea, no lo entiendes si yo no te lo explico, pero a mí me da igual porque está ahí. Y forma parte de mi aprendizaje al final.
La IA no es autónoma, la IA necesita un humano con sus valores para decidir si la usa o no. Entonces, mi manera de usarla es superartesanal, está hecha con total conciencia de los peligros que tiene, está hecha como experimentación realmente para entender si me inspira o no me inspira, y está hecha colaborativamente con personas que conocen cómo funcionan estos modelos.
¿Cómo ha marcado tu vida haber estudiado traducción e interpretación?
Decidí con 18 años estudiar traducción porque había una universidad muy guay en Barcelona que tenía muchos idiomas y estudié japonés. Estudié traducción de inglés, japonés, y luego dejé japonés al cabo de 3 años porque era muy frustrante no avanzar. Entonces, me cambié a lenguas románicas e hice portugués, francés, italiano. Las hablo todas, las lenguas románicas… ahora ya no tan bien, la verdad. Creo que la que hablo mejor es italiano, luego portugués, luego francés porque la fonética del francés es muy traicionera, y bueno, inglés bien.
Pero lo que me interesaba en realidad de eso, lo que era mi sueño, era poder viajar y poder estudiar literatura de todas estas lenguas, y así lo hice. Entonces viví dos años en Lisboa, que bueno, con 23 años, o sea, estaba loca, la verdad, pero fui muy feliz. Y cuando terminé la carrera hice un máster de artes escénicas que era un máster de dramaturgia y de artes escénicas, y trabajaba como acomodadora en un teatro en ese momento, y vi un montón de espectáculos. Mucho de lo que aprendí mirando, más que en el máster casi, porque me hice un gusto, y así después lo trasladé en mis propios espectáculos.
Siempre ha estado ahí la cultura como un pozo, como varios pozos, que me acompañan en la vida y me inspiran. Yo siempre siento que en cada época ha sido una cosa respecto a otra. Igual ahora es como la música por encima de todo, pero al principio era sobre todo literatura, lectura, aprender idiomas, aprender las culturas. Y a ver si recupero el japonés porque sí que me aprendí a escribir y tal, pero los exámenes eran… nos hacían tres exámenes a la semana, teníamos como ocho horas de clase a la semana, era un ritmo frenético y yo con 18 años fue tremendo, pero a la vez entiendes todo, con toda esa amplitud de artes y lenguas. Entiendes totalmente el lugar en donde estás.
María Arnal recomienda libros para entender su mente
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Cualquier libro de Ramón Andrés es recomendable. Es como un erudito: escritor, poeta, ensayista. Sobre todo los libros que tienen que ver con la música son un gusto, pero son enciclopédicos. Es muy interesante todo el trabajo también de conocimiento de la música que tiene. Tiene un Diccionario de instrumentos musicales que es chulísimo, que habla de la historia de la creación de instrumentos, desde las primeras flautas que fueron hechas con huesos humanos. Cosas que dices: wow, la música realmente nos ha acompañado desde el día uno.
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Recomiendo el último de Byung-Chul Han, que ganó el premio Príncipe de Asturias, que se llama La agonía del Eros y habla de la crisis de fe que tenemos hoy en día.
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Voy a decir también uno que leí hace años que es muy denso, pero que es muy guay, que es de Marta Peirano, periodista experta en nuevas tecnologías que tiene un libro que es muy chulo y se llama El enemigo conoce el sistema, y el subtítulo es Manipulación de ideas, personas e influencias de la economía de la atención. Es más de sociología, antropología, pero muy actual y muy interesante. Por ejemplo, ahí es donde aprendí que el scroll infinito de los móviles, ¿sabes de dónde lo han sacado? De las tragaperras. El diseño de un móvil porque están pensados para que sean lo más adictivos posible. Entonces es el mismo algoritmo, las tragaperras son la referencia de diseño para los móviles actuales. Muy heavy.
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Recomiendo La otra genealogía, de Sara Torres, que es amiga mía y la quiero un montón. Es su primer libro y precioso; narra la sincronía en su misma vida, de la enfermedad y muerte de su madre, al mismo tiempo que se enamora completamente de una mujer. Entonces son como las dos energías de Eros y Tanatos en la vida de una chica que se desborda con toda esta emoción, y está escrito de una manera supersensual y preciosa.
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Deep Listening, de Pauline Oliveros, que es una compositora que desarrolló este concepto que se llama deep listening. Son como meditaciones sónicas. Entonces es todos los ejercicios que ella hizo para entrar en una especie de trance a partir del sonido y de escuchar tus propias voces interiores. Ella murió, es una compositora muy importante en música experimental.
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Canto jo i la muntanya balla es un libro de Irene Solà, que está guay también. A mí me encanta porque ella estudió arte y entonces tiene una visión de la literatura muy desde lo artístico y no tanto desde la idea del escritor más romántica, por decirlo de alguna manera (romántica me refiero a siglo XIX). Y esto es muy guay en su manera de escribir. También el siguiente, Te di ojos y miraste las tinieblas. Me gusta la idea, pero creo que me gusta más el primero.