Novelas negras latinoamericanas para cerrar el año
Aquí una selección de thrillers y novelas policiacas latinoamericanas publicadas este año, para sumergirse en las profundidades del género como se escribe acá.
El último trimestre del año invita a una lectura sabrosa y adictiva, y qué mejor manera de hacerlo que con estas recomendaciones de novelas negras latinoamericanas para cerrar el año, en las que el crimen y la intriga demuestra la vigorosa salud del género en la región.
Thrillers que retratan la realidad
Jorge Alberto Gudiño escribe un western urbano en Yo soy el otoño, novela en donde los destinos de Juriel y Santos se unen tras un violento ataque de una banda rival. Entre ambos surge Maca, una mujer cuya fuerza cuestiona los códigos y mandatos que rigen su mundo violento. En estas páginas, Gudiño sitúa la historia en las barrancas anónimas de una metrópoli. La novela avanza con un ritmo implacable hacia las profundidades de la lealtad y la ambición, desdibujando los límites entre el bien y el mal en un camino sin retorno.
Claudia Piñeiro nos presenta, en La muerte ajena, a la periodista Verónica Balda, conductora de uno de los programas de radio más escuchados, quien recibe una noticia que altera su vida: una joven llamada Juliana ha caído de un quinto piso en el barrio de Recoleta. El departamento pertenece a un reconocido empresario agropecuario, y Verónica sabe que esta muerte es más que una noticia alarmante, pues una historia densa y secreta las conecta. La novela presenta diferentes versiones de los hechos, revelando cómo un relato puede ser multifacético y subjetivo, desnudando a través de la ficción uno de los vínculos más oscuros: el de la prostitución VIP con el poder de turno.
Geografías del delito
Leonardo Padura presenta en Morir en la arena una nueva entrega de su serie del detective Mario Conde. Ambientada en La Habana, la novela sigue a Conde mientras investiga un asesinato ocurrido en los ambientes del juego ilegal y la prostitución. Padura aprovecha el género policial para realizar una radiografía moral de la Cuba contemporánea, donde las contradicciones y la lucha por la supervivencia definen el día a día de sus personajes.
Mónica Ojeda, desde Ecuador, publicó Mandíbula en 2018, novela que se edita con fuerza en México este año. Lejos de ser un policial convencional, este thriller psicológico explora los límites del miedo y la obsesión a través de un grupo de amigas y una maestra, que se mueven entre un perturbador amor juvenil, una traición inesperada y algunos ritos secretos e iniciáticos inspirados en historias terroríficas gestadas en Internet. Claustrofóbica y perturbadora, la novela muestra cómo la violencia germina en los espacios más íntimos.
Novelas negras latinoamericanas para cerrar el año
En 1941, las célebres escritoras Carson McCullers, Katherine Anne Porter y Eudora Welty vivieron la misteriosa desaparición de una joven autora durante su estancia en una residencia artística, un hecho que las impactó profundamente. Años después, la escritora Lavinia Melín investiga este suceso en busca de inspiración para su obra, pero al adentrarse en el caso, la frontera entre la realidad y la ficción se desdibuja hasta hacerla dudar de su propia identidad en esta novela de la escritora mexicana Mónica Lavín.
Óscar Xavier Altamirano presenta Muerte sin testigo, una novela negra que nos presenta a Frankie Armstrong, escritor sumido en una crisis creativa y marital, que inicia una relación prohibida con su enigmática vecina, Lauren McKellen. Cuando Lauren aparece muerta, Frankie se convierte en el principal sospecho, siendo la última persona en verla con vida. Atrapado en una red de detectives y prensa sensacionalista, y con su inocencia en entredicho, deberá enfrentarse a una trama donde los límites entre la verdad y la mentira se desdibujan por completo.
