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Sergio Vila-Sanjuán y los libros fundamentales escritos en español

El autor catalán habla de su novela ganadora del Premio Fernando Lara, "Misterio en el Barrio Gótico", su trilogía de Barcelona y su visión de la industria editorial.

Sergio Vila-Sanjuán y los libros fundamentales escritos en español. Foto: Ana Jiménez
Sergio Vila-Sanjuán y los libros fundamentales escritos en español. Foto: Ana Jiménez
Verónica Maza Bustamante Américas /

En la FIL Guadalajara 2025 pudimos conversar con Sergio Vila-Sanjuán, autor cuya obra literaria abarca desde la aclamada trilogía novelística de Barcelona hasta su reciente galardón, el Premio Fernando Lara por Misterio en el Barrio Gótico, novela que aquí detalla. Además, recomienda libros fundamentales escritos en español, haciendo honor a su profundo conocimiento del panorama editorial.

Videoentrevista con Sergio Vila-Sanjuán

Sergio Vila-Sanjuán recomienda libros fundamentales escritos en español
Sergio Vila-Sanjuán recomienda libros fundamentales escritos en español

Un pasado fascinante en Barcelona

Sergio Vila San-Juán es un autor, periodista y gestor cultural español que ha refrendado parte de su vida al periodismo y a la literatura. Entre sus obras más conocidas está la trilogía novelística formada por Una heredera de Barcelona, Estaba en el aire y El informe Casabona, que mezcla memoria familiar y crónica social, y que ha sido traducida a varios idiomas.

Además de narrativa, ha cultivado el teatro (El club de la escalera, La agente literaria) y el ensayo sobre temas literarios y editoriales (Pasando página, Código best seller).

Su pertenencia a la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y su labor como comisario del Año del Libro y la Lectura 2005 lo han respaldado. Este año ganó el Premio de Novela Fernando Lara por Misterio en el Barrio Gótico, libro sobre el que conversamos en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Sergio, háblanos de tu novela más reciente, Misterio en el Barrio Gótico.

Misterio en el Barrio Gótico es mi cuarta novela. Es una obra de misterio. Un investigador, que a la vez es periodista, busca la pista de una mujer desaparecida hace 30 años, una mujer de la generación hippie, que es la mía, uno de aquellos personajes que se fue por el mal camino y nunca se supo qué había pasado de ella, y al mismo tiempo era una personalidad fascinante y magnética. Y por otro lado, este investigador empieza a recibir mensajes sin firma, muy bien escritos, avisándole que están pasando cosas en el Barrio Gótico de Barcelona, y aquí hago un pequeño inciso: el Barrio Gótico de Barcelona es como el barrio latino de París o el Trastevere, una de esas zonas urbanas de fama internacional. Es el barrio medieval más extenso de Europa y es un punto de mucha atracción para los turistas que vienen a Barcelona. Yo en esta obra quería combinar el misterio que va siguiendo el protagonista con las historias, los episodios, las anécdotas antiguas de esa zona barcelonesa, que se remontan a episodios medievales, a temas de crónica negra, a robos, asesinatos, y mezclando un poco estos elementos es con lo que he generado Misterio en el Barrio Gótico.

¿Las sombras del pasado siempre acechan al presente?

Las sombras del pasado siempre acechan al presente desde nuestro propio cuerpo. Nuestro cuerpo tiene la memoria genética de nuestros antecesores y también tiene la memoria cultural de la gente que nos precede, lo que se llaman los memes. Hoy sabemos que la memoria cultural también se transmite biológicamente. Los niños de dos, tres años tienen recuerdos o tienen memorias que les vienen del árbol familiar. Por tanto, nosotros somos un producto del pasado. Y por otro lado, las ciudades descansan sobre centenares de generaciones, cientos de miles de ciudadanos y un ingente contingente de historias, de decisiones, de conflictos, de muertes, de vidas. Por tanto, el pasado bascula sobre nosotros directamente. Yo soy historiador de formación, siempre le he dado muchas vueltas a este peso, y en esta novela realmente uno de los temas es cómo ese pasado, que a veces puede ser inmediato pero a veces puede ser de cientos de años, nos va rodeando, nos saluda, sale de repente de la oscuridad y entra en nuestras vidas. Esto es lo que he intentado hacer en este libro.

¿Quién es Víctor Balmoral, el detective intelectual de tus novelas?

El personaje de mi novela se llama Víctor Balmoral, ya había aparecido en otra obra anterior mía, en El informe Casabona. Es un hombre de más de sesenta años, ya se acerca a los setenta. Es un veterano del periodismo literario, de estos que empezaron a trabajar en unas redacciones llenas de humo, ruido de máquina de escribir y vasos de whisky en la mesa a las 6 de la tarde. Ha visto un poco cómo ha evolucionado todo el mundo periodístico: cómo han entrado, por un lado, unas redacciones más higiénicas y sanas y, por otro lado, cómo la revolución digital ha cambiado la mayoría de rutinas del mundo periodístico, empezando por los horarios. 

Un periodista hace 25 años acababa su artículo, se iba a dormir y se olvidaba hasta el día siguiente. Y hoy, que vivimos en la civilización digital, estamos permanentemente activados, corrigiendo, arreglando. Entonces, este periodista tiene que afrontar una cosa muy característica también de la gente de su edad, que es si se jubila, no se jubila, acepta las propuestas que le hacen. ¿Estará mejor en casa viviendo una vida más relajada o el hecho de estar en la redacción le aporta mucho y le mantiene vivo? Pues esta es una de estas cosas que este hombre tiene que manejar. 

Por otro lado, le visitan mucho los recuerdos de su generación, que es la generación de los años 80, que una generación bastante transgresora. Hubo gente que pagó las consecuencias de la transgresión, como este personaje que aparece aquí, y luego hay otros que han sobrevivido, que han cambiado, se han adaptado, y en mi libro, el periodista va acompañado de un fantasma. No es una novela fantástica, pero aparece un fantasma: el fantasma de su amigo Tomás, que es como el Pepito Grillo del protagonista. Era un amigo de la universidad que siempre de alguna forma le provocaba, le pinchaba, siempre discutía. Cuando este amigo fallece, el protagonista nota que tiene un vacío muy grande, porque no tiene a nadie con quien pelear. Él es un hombre que vive solo, no tiene hijos. Entonces necesita este contacto humano, esta comunicación personal un poco punzante. 

¿Cómo seleccionas los escenarios, particularmente de Barcelona?

Yo he trabajado mucho sobre Barcelona por razones de ubicación profesional. Como periodista he estado mucho en la ciudad, su cultura, sus espacios, pero en este caso, el Barrio Gótico a mí me interpelaba porque es una zona de la ciudad muy entrañable para los ciudadanos. A casi todos los niños en algún momento sus padres les llevan a ver la catedral, el Palacio Real, y a mí me llevó mi padre, mi padre era historiador y me explicaba historias de ese barrio. Y algunos, muchos años después vi que no eran exactamente como los que me contaba mi padre. 

Bastantes años después, hace ahora 15, me hicieron miembro de número de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Es una de las academias más antiguas de España, tiene 300 años y está ubicada en el Palacio Requesens. Es uno de estos palacios góticos del centro de Barcelona. A raíz de este nombramiento, he vuelto a ir mucho al Barrio Gótico, a pasear sus calles y también a entrar en los archivos especializados para ver qué pasó con el área, porque empecé a ver cosas que me hacían ver que la realidad no era tan bonita como lo que yo me pensaba. Así, descubrí que el Barrio Gótico es en muy buena medida una reconstrucción, o sea, el que ve el turista en estos momentos es un Barrio Gótico perfecto. Por ejemplo, la catedral tiene una fachada llena de arquivoltas, de bajorrelieves, de pináculos y eso es muy bonito porque parece un clásico gótico del siglo XIV. En cierto momento supe que la fachada de la catedral de Barcelona era una de las más feas de España, sin ninguna gracia, era como un edificio chato, cuadrado, y hace 150 años los burgueses catalanes decidieron hacer una fachada nueva, una fachada que pareciera gótica de verdad. Y se hizo, y es lo que ha quedado. 

Fui encontrando más cosas. Trajeron piedras de otros lados, hicieron edificios nuevos que parecían góticos, con estilo gótico, y eso es lo que acabó creando esa atmósfera tan medieval y tan maravillosa que vemos en estos momentos. No es que sea algo que ha estado allí siempre, sino que es algo que hace 100 años se decidió recrear para que Barcelona tuviera eso.

Misterio en el Barrio Gótico

Misterio en el Barrio Gótico

Sergio Vila-Sanjuán
Planeta México

Barcelona, capital del libro

Además de escritor, o quizá debido a ello, Sergio es un periodista cultural de larga carrera, director del suplemento Cultura/s de La Vanguardia. Su labor ha sido reconocida con importantes premios, como el Premio Nacional de Periodismo Cultural (2020), el Atlántida y el Giménez Frontín.

Sergio, ¿cuáles son los principales retos de hacer un thriller con información histórica y cultural?

Como escritor he tratado novelas psicológicas, novelas de épocas históricas, novelas de atmósferas. Pero aquí quería abordar un género que yo creo que en realidad está bien fijado, que es el thriller cultural. Para mí, quien define el thriller cultural es Umberto Eco con El nombre de la rosa, que introduce una intriga pero con una base muy fuerte de erudición sobre la época. Se dice que Umberto Eco colocó allí su tesis doctoral sobre filosofía medieval en mitad de la novela, y está claro que le salió bien, ha sido un libro muy de referencia. 

Yo creo que en España el thriller cultural tiene su momento más alto con el primer Pérez-Reverte cuando hace, por ejemplo, El club Dumas, que también es un libro de misterio pero muy vinculado a la tradición cultural, la tradición literaria. Yo quería colocarme un poco en esta línea, con una novela que no se apartara demasiado del canon del misterio: tenía que haber un enigma, tenía que haber una investigación, tenía que haber unos protagonistas con los que pudiera simpatizar con un fondo cultural e histórico que a mí me apeteciera escudriñar y brindar al lector para darle una información no conocida.

Si cargas demasiado la parte cultural, el libro se te descompensa. Entonces me tiré bastantes meses viendo un poco cómo entrecruzar, qué había que cortar, qué había que añadir. Esta parte estructural ha sido la más elaborada de la novela para que el resultado fuera equilibrado. O sea, para que hubiera misterio, para que hubiera personajes que me parecieran interesantes y para que hubiera revelaciones culturales e históricas que para el lector fueran amenas. Este ha sido un poco el planteamiento.

Como periodista, ¿crees que la ficción sirve para reflexionar sobre la realidad?

Bueno, ya no me acuerdo quién dijo que la ficción es la verdad, y yo también lo creo, porque como te decía antes, yo he estudiado Historia. Yo no creo que la Historia sea una ciencia, no lo es. Las ciencias son aquellas disciplinas que son falseables, para que tú puedas saber si una proposición es cierta o no, y esto en historia nunca queda muy claro. Pero la historia al final es una visión, es un conjunto de miradas sobre un fenómeno. 

Yo creo que al final te puede explicar más un determinado periodo una buena novela que un libro de historia, porque te da lo que se llama el relato. Te da, de alguna forma, una interpretación vivenciada de algo que para ti como historiador resulta muy complejo, porque intentar explicar un momento de vida te incluye millones de factores. En cambio, el novelista sintetiza eso y hace un relato. Por tanto, yo creo que finalmente podemos ver muchos episodios históricos a partir de lo que los escritores han dicho de esa parte.

¿Cómo ves el género policiaco hoy en día?

El género policiaco funciona muy bien desde hace 200 años. Desde Sherlock Holmes a Agatha Christie, que ha sido una de las autoras más traducidas y vendidas de todos los tiempos. En España el género policiaco iba de aquella manera, pero yo en casa lo leí mucho, mi padre era buen lector. Tenía los libros de Ellery Queen, por ejemplo, tenía una revista y tenía  buenas antologías. A mi padre le gustaba mucho el thriller americano, sobre todo. 

Yo ya de mayor he ido siguiendo el tema. Y de hecho, hace ahora 20 años, como comisario del Año del Libro y la Lectura de Barcelona, puse en marcha el Festival de Novela Negra de Barcelona, que hoy día es un festival con mucho éxito, le pasan muchísimas personas. Cuando llevé este proyecto al Ayuntamiento de Barcelona hace 20 años, dije: "Vamos a montar un festival de novela policial." "Bueno, pero ¿tú crees que va a ir alguien a escuchar esto?", me preguntaron. Dije: "No os preocupéis, que irá alguien." Teníamos todas las sesiones llenas, la gente se quedaba fuera. Yo lo percibí, que había mucho interés por el género negro, que es un campo que ha crecido mucho en el mundo editorial. 

Sellos que no tenían colección policíaca la han ido incorporando, ciertos libros han sido grandes éxitos. Fíjate, por ejemplo, la trilogía de Stieg Larsson, el éxito que ha tenido, que ha sido para sus editores una alegría en todos lados. O en España, una autora como Dolores Redondo, el éxito es apabullante. Siempre he sido lector de thriller, sigo siéndolo, me gusta, y he hecho lo que he podido para difundir el tema, y creo que aguanta porque da un margen muy bueno, tú lo puedes meter todo. En el thriller puedes meter todo tipo de dramas, pero el misterio es lo que te permite atrapar al lector y es una combinación muy buena.

¿Existe una frontera entre ser periodista y ser escritor?

Sí, yo realmente muchas veces pienso que el hilo conductor de mi vida ha sido el periodismo cultural, y lo digo desde cierta tranquilidad que me da tener un lugar en un diario (bueno, un cargo, un sueldo, todas estas cosas), que he podido hacer muchas cosas, siempre con la bendición apostólica de mis jefes, que han sido muy generosos y me han dejado irme, volver. 

Yo desde el periodismo cultural he hecho novelas porque me he podido organizar, he hecho unas disciplinas de horario que son duras, de hecho, pero también he hecho comisariados artísticos, he hecho antologías de pintura, obras de teatro (he estrenado un par de obras), he hecho gestión cultural. He hecho muchas cosas a las cuales el periodismo cultural me va abriendo puertas. 

Entonces, ya te digo, yo lo veo todo como muy ligado. Yo sé que mis novelas son unas novelas de periodismo cultural, sobre todo esta última, pero mis obras de teatro, por ejemplo, una que estrené el año pasado y se llama La agente literaria, también es sobre el mundo de la cultura y el mundo editorial. A mí la dedicación al periodismo cultural me ha dado muchas plataformas, mucho acceso a muchas realidades que luego las he manejado como novelista o como dramaturgo.

¿Cuál es el papel de Barcelona en el mundo de los libros?

A ver, Barcelona, yo creo que de una manera bastante indiscutible todavía es la capital del libro en lengua española, además de la catalana. En Barcelona está la sede de los dos grandes grupos que son Planeta y Penguin Random House. Está la sede de 300 editoriales pequeñas. Y realmente, tanto desde un punto de vista de difusión como de facturación, pues es la ciudad que tiene más peso en el ámbito latinoamericano en el campo del libro. 

Eso ocurre también por el pasado. Por la presencia del pasado. O sea, Barcelona en la Edad Media ya tiene unas buenas librerías, ya tiene bibliófilos, y cuando arranca la imprenta con varios impresores alemanes que se instalan en Barcelona se empieza a imprimir, con lo cual en 1470 se crea la tradición editorial de Barcelona cuando, por ejemplo, en Madrid no existe en esos momentos o en América las ciudades no están todavía en esto, porque todavía queda mucho proceso por delante. 

Entonces, en Barcelona se crea muy pronto un tejido de libreros e impresores que publican en catalán, publican en castellano. Poco a poco la publicación en español va subiendo, y a partir del siglo XVI, XVII ya se empieza a exportar mucho libro a América Latina. Por eso Barcelona tiene esta tradición editorial que en el siglo XIX genera las grandes marcas: Montaner y Simón, Salvat, las enciclopedias, que corren por todo el continente, y a partir del siglo XX, hay los grandes sellos literarios: Seix Barral, Destino, Planeta. En algunos de estos se gesta el boom, se gesta el boom latinoamericano. Seix Barral lanza a Vargas Llosa, publica las novelas gordas de Carlos Fuentes. En Barcelona está Carmen Balcells, que es la agente de García Márquez. Entonces,  Barcelona tuvo un papel muy fuerte en los años 60 lo que es la revolución de las letras americanas a través del boom. 

Eso genera una línea de trabajo y de éxito que llega hasta hoy. Paralelo a que en Barcelona hay una urdimbre muy buena de bibliotecas, hay unas librerías muy buenas, la gente tiene la tradición, está la fiesta de San Jordi, que es la fiesta del 23 de abril, cuando toda la ciudad se convierte en una gran librería, todo el mundo sale a la calle a comprar libros. 

Y luego hay una exposición literaria. Aquí en la FIL siempre se ha reconocido y se ha premiado a Juan Goytisolo, a Enrique Vila-Matas, a Juan Marsé. Aquí se ha premiado a los grandes editores literarios de los últimos tiempos: a Jorge Herralde, a Beatriz de Moura, a Jaime Bayarri. Entonces, la confluencia de todos estos factores (el mundo editorial, el mundo literario, esa pervivencia tan larga del ecosistema del libro) yo creo que hace a Barcelona realmente una ciudad muy especial desde el punto de vista del libro, porque es muy prescriptora universalmente. Y la gente, los barceloneses, viven de una forma muy intensa este amor al libro.

Sergio Vila-Sanjuán recomienda libros fundamentales escritos en español

  • El espejo enterrado

    El espejo enterrado

    Carlos Fuentes

    DEBOLSILLO

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    Ya que siempre se discute sobre el tema de España y América, en qué términos hay que plantear la relación, yo creo que el libro que mejor planteó el tema es de un mexicano, de Carlos Fuentes, y se llama El espejo enterrado, que se ha recuperado recientemente en una edición de bolsillo. Yo recomendaría a todas las personas que quieran integrarse al debate, diálogo o conflicto entre España y los países de América Latina que leyeran a Carlos Fuentes, porque yo creo que e´l, con la idea del encuentro y el cruce de culturas aporta una visión constructiva del asunto.

  • Nuestra parte de noche

    Nuestra parte de noche

    Mariana Enriquez

    Anagrama

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    Quien esté interesado en las letras actuales en español, creo que la figura es Mariana Enriquez, que con Nuestra parte de noche es la autora más potente, más brillante, que con mucho talento está poniendo el listón muy alto.

  • El loco de Dios en el fin del mundo

    El loco de Dios en el fin del mundo

    Javier Cercas

    Random House

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    Si quieren leer narrativa española recomendaría a Javier Cercas, que ha publicado este libro de El loco de Dios, sobre su relación con el Papa Francisco.

  • El capitán Alatristre (Edición Pack)

    El capitán Alatristre (Edición Pack)

    Arturo Pérez-Reverte

    DEBOLSILLO

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    Recomiendo cualquiera de las novelas históricas de Arturo Pérez-Reverte, que es nuestro maestro de la de la novela histórica, de la revisión del Siglo de Oro.

  • La plaza del Diamante

    La plaza del Diamante

    Mercè Rodoreda

    Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A.

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    Para quien quiera leer algo de literatura catalana, ya que la FIL Guadalajara 2025 estuvo dedicada a Barcelona, hay una novela de una escritora catalana que se llama Mercè Rodoreda que muy buena, es sobre la Barcelona de posguerra aunque resulta muy universal, que se llama La plaza del diamante.

  • Las mil y una noches

    Las mil y una noches

    Anónimo

    Austral México

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    Para quien quiera leer literatura universal me saldría directamente de la novedad y le recomendaría Las mil y una noches, para recordar que la literatura es efectivamente universal y que tenemos que intentar no hacer demasiados juicios de valores sobre otras culturas como mínimo sin entrar en lo que las articuló en su día.



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