Sumie García Hirata recomienda libros terroríficos y fascinantes
La directora del documental "Yūrei" (Fantasmas), nos comparte su visión de las migraciones japonesas a México antes de la Segunda Guerra Mundial.

Sumie García Hirata es una artista visual y directora de cine mexicana de ascendencia japonesa que explora el paisaje como un espacio donde habita la memoria, como lo muestra en su película Yūrei, sobre la que aquí nos habla, además de recomendar libros terroríficos y fascinantes.
Videoentrevista con Sumie García Hirata

La memoria japonesa en México
De las distintas migraciones que han llegado al territorio mexicano, la japonesa ha sido una de las menos documentadas y más contrastantes. Crearon comunidades nikkeis en Tapachula, Chiapas, y la Ciudad de México. Fueron buzos y trajeron a sus esposas por correo postal en Ensenada. Pero también enfrentaron situaciones perturbadoras, como su encierro en la hacienda de Temixco, bajo pretexto de la Segunda Guerra Mundial, en un extraño régimen que semeja campos de concentración y tiene claroscuros que era necesario investigar y registrar.
Por eso, la cineasta Sumie García Hirata decidió que ese hecho histórico sería llevado a la pantalla grande mediante su película documental Yūrei, que significa "fantasmas" en japonés. En entrevista en la Cineteca Nacional, la cineasta comparte que deseaba plasmar los efectos que tuvo la Segunda Guerra Mundial en esta comunidad y en sus descendientes.
"Trata sobre la memoria de la diáspora migrante y es un viaje audiovisual, más íntimo que informativo. Empezamos en Tapachula, en el Soconusco, donde hay esta migración súper interesante de finales del siglo XIX y visualmente es muy impactante, porque hay cosas muy japonesas en un pueblo en medio de la nada. Luego fuimos a Ensenada y posteriormente al centro de México. El documental invita a que reflexionemos sobre cómo está compuesto este país, por gente de muchas partes que no tenemos consideradas, pero que forman parte integral de las comunidades que habitan", comparte.
Sumie es, además, artista visual de profesióny trabaja mucho con el paisaje, intervenido muchas veces con bordados y otro tipo de exploraciones; por eso, para ella era muy importante capturar la belleza del entorno en su película. Comparte que para ella, el paisaje es una cuestión de identidad, "y podemos verlo en la película, la comparación de los paisajes de Chiapas contra los de Ensenada. Son increíblemente diferentes, siendo que es el mismo país. Otro elemento importante son los sentimientos, la manera en la que hablamos de los de los abuelos y de los antepasados. Esa relación emotiva del paisaje con la nostalgia era muy importante, y tuve la fortuna de trabajar con el fotógrafo Rodrigo Sandoval Vega Gil, quien hizo un trabajo maravilloso al traducir la manera en la que yo pienso y este afán que yo tenía de no usar luces, si está oscuro está oscuro. Hizo una labor impresionante".
Para lograr esta identidad visual revisaron un ensayo que se llama El elogio a la sombra, de Junichiro Tanizaki, en donde se habla de resaltar estos claroscuros, porque la oscuridad es muy importante en la estética japonesa.
La fuerza del documental
Esta película se financió a través de Eficine, que es el estímulo fiscal de cine. Sumie reflexiona sobre el valor que significa tener este tipo de apoyos, porque "la mayoría del mundo no los y eso le da muchísima riqueza al tipo de cine que se hace en un país. A mí me emociona muchísimo ver el trabajo de gente de disciplinas diferentes, y siento que el documental tiene la flexibilidad de poder empujar las líneas creativas para contar las historias y usar la realidad en el contexto cinematográfico. Por eso tiene muchísimo crecimiento en términos de producción nacional, pero también en términos de interés".
Parte de la inspiración de Sumie viene de los libros: "Para mí hay algo muy profundo en la manera en que los libros representan la realidad. He sido una lectora muy ávida, porque hay un goce para mí al poder vincular lo que estoy leyendo con mi producción, sobre todo como artista visual. Me gusta las teorías sobre la imagen y sobre la estética, la filosofía del arte. Yūrei tiene muchísimo que ver con la estructura del teatro japonés, y su bibliografía incluyó también libros académicos en torno a la identidad japonesa.
A la directora de cine le genera emoción que las historias de libros de ficción y no ficción se plasmen en películas y series. "El cine es mucho más accesible porque tienes efectos visuales y ciertas maneras de producción, con lo que se impulsa la narrativa. Vamos viendo cómo se mueve esto, para hacer cosas mejores cada vez", finaliza.
Sumie García Hirata recomienda libros terroríficos y fascinantes
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Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez, ya se está volviendo un clásico. Soy muy fan del terror, pero me da mucho miedo, y este libro sí me dio pesadillas y de las buenas. Es un libro complejo que tiene muchísimas capas. Súper recomendado.
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Clyo Mendoza es una escritora muy joven, mexicana, y Furia es un libro terroríficamente bello. Tuve una rachita de leer terror y es fascinante; ella tiene una manera de manejar el tiempo narrativo y la estructura de una manera increíblemente interesante. Es crudo y muy hermoso.
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Desde que estaba haciendo mi película comencé a leer novela gráfica, que tiene mucho que ver con el manga. Acabo de terminar Akira 1, de Katsuhiro Otomo. Creo que mucha gente ha visto la película, pero a mí me sorprendió lo diferente que es el libro, y tiene muchísimos tomos, entonces, es el regalo que nunca acaba y puedes seguir leyendo. Gráficamente es hermoso, para quienes somos creadores cinematográficos, editores, es increíble poder ver los cortes y cómo encuadra y cómo se ligan los cuadros. Aprendí muchísimo de ver novela gráfica en mi quehacer cinematográfico.
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Este libro es hipercontemporáneo. La autora es una escritora muy joven y creo que mi corazoncito otaku se sintió muy identificado con la manera en la que pensamos en el internet, que habitamos el internet.
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