Úrsula Camba Ludlow: libros para reencontrarse con el pasado
La autora habla de su libro "Malinche", un análisis revisionista que recupera la figura histórica más allá de los lugares comunes y la visión del nacionalismo mexicano.
Durante siglos, el nombre de "Malinche" ha sido sinónimo de traición en el imaginario mexicano. Pero, ¿y si la historia que nos han contado está incompleta, teñida por un nacionalismo que buscaba chivos expiatorios? En esta entrevista, la historiadora Úrsula Camba Ludlow nos invita a despojar al personaje histórico de los estereotipos y el peso emocional de la Conquista para redescubrir a la mujer detrás del mito a través de su nuevo libro. Además, recomienda libros para reencontrarse con el pasado.
Videoentrevista con Úrsula Camba Ludlow
La otra cara de la historia
Lejos de ser una simple víctima o una traidora, Úrsula Camba Ludlow presenta en las páginas de su libro a Malinche como una joven esclava de 18 años, tremendamente inteligente y asertiva, que supo navegar un mundo brutalmente jerárquico para tomar las riendas de su propio destino.
¿De qué trata Malinche, tu libro de la serie "Los malos de la historia"?
Es un libro que busca escapar a los lugares comunes de la historia. Trata de recuperar, a mi parecer, a la mujer más importante de la historia de México, que sin lugar a dudas es Malinche.
En realidad ella nace al mundo como doña Marina y todo lo que sabemos de ella es lo que ella quiso contar y lo que quiso callar. Eso hay que recordárselo también a la gente, porque ella nace a la historia en el momento en el que se la regalan a Hernán Cortés y la bautizan como doña Marina.
Todo lo que pasa antes son elucubraciones, son fantasías, porque no tenemos con qué saberlo. Quería recuperar este personaje sin que fuera lo que ya se ha dicho en 20,000 lugares, en libros de historia con un corte como más anticuado.
Lo que yo busco con este libro es acercar a la gente a este personaje de una manera más suave, más lúdica, quitándole cosas emocionales del trauma de la Conquista, que siempre es una constante. Ya pasaron 500 años. ¿Cómo es posible que sigamos en eso? Vamos a recuperarlo en su contexto y a entender por qué sucedió de la manera que sucedió, y cómo, porque es muy fácil juzgar y decir que era una traidora, pero tenía 17, 18 años. Y pues a ver, eres esclava y tu otra opción es ser una gran señora enjoyada, rica, con un séquito, con toda la riqueza del mundo, vas a escapar a la servidumbre. ¿Qué escoges? Pues no está muy difícil.
Ella aprovechó el momento, y yo creo que una de las cosas más importantes del libro es entender que más que una víctima, es una mujer que es dueña de sus propias decisiones, de su destino, de su contexto, y es muy asertiva, muy inteligente, sabe por dónde tiene que llegarle a la gente, por dónde tiene que elaborar una estrategia y salirse con la suya.
¿Por qué es importante dar un marco histórico antes de hablar de Malinche?
Pues justo porque si la sitúas en un contexto y entiendes cuál es el papel de la mujer, entiendes mucho más. A veces les digo a personas de nuevas generaciones, que creen que las mujeres siempre hemos vivido como ahora: "Vayan y pregúntales a sus abuelas si pudieron escoger lo que querían estudiar, si pudieron estudiar, ponerse un pantalón. Entonces, busco recuperar cuál era el papel de la mujer en el mundo prehispánico, que era un mundo muy jerárquico, muy dividido, que de pronto se idealiza mucho.
Me parece muy importante explicar esto, porque hay que entender que el mundo mesoamericano está integrado por diferentes culturas, y tenemos también la visión hegemónica de los mexicas, como si eso fuera todo.
El contexto nos da una pista para intuir el papel de la mujer en ese mundo, que en el fondo es realmente muy lejano culturalmente, ideológicamente, religiosamente, de lo que podemos entender hoy sobre cómo sucedieron estas cosas.
¿Cómo planteas la historia más allá del romanticismo mexicano, del "es que llegaron los españoles y nos destruyeron la vida" que se ha sostenido?
Es que fíjate qué interesante. Se dice: "Llegaron los españoles, nos destruyeron la vida", como si nosotros ya viviéramos aquí antes, y porque eso es un discurso que el Estado, digamos, el nacionalismo posrevolucionario del siglo XX, construyó como parte de la idea de nación.
México, como cualquier país, es una construcción ideológica, cultural, social, que no existe. Como lo dice el historiador Tomás Pérez Vejo: "Una nación es solo la fe en un relato". Eso es una nación, lo que te cuentan de niño.
Nos enseñaron una historia de buenos y malos, los españoles malditos y los indios buenos, pero esa historia ignora los intercambios, las contaminaciones, las negociaciones que son fundamentalmente lo que es el mestizaje, que la gente entiende como algo biológico o racial, pero en realidad no, es todo un mundo de complejidades que se intercambian, que se sobreponen y que hacen que este México de hoy sea tan complejo y tan variopinto.
¿Cómo fue tu investigación sobre este personaje tan lleno de matices?
Fue bien difícil, porque justo habiendo tanta producción sobre este mismo personaje, supuso encontrar algo que no se haya dicho, que no sea trillado ni un lugar común. Fue recuperar no nada más la figura, sino su devenir, porque la gente también piensa que cayó la gran Tenochtitlan y ahí se acabó todo, se acabó la Malinche. A mí me gusta recordarle a la gente que el fin de algo es siempre el principio de otra cosa. Bueno o malo, pero es el principio de otra cosa.
Entonces dije: "Bueno, vámonos a la expedición de Las Hibueras, que es una expedición pavorosa, horrible, espantosa, donde se mueren miles de personas, los atacan los cocodrilos, se los comen los indígenas, se les acaba la comida, o sea, tienen dos meses para construir un puente de troncos para poder cruzar un pantano. Es una vida que nos cuesta trabajo imaginar. Doña Marina va en ese viaje con Cortés, quien aprende de Moctezuma lo de rodearse de un gran séquito, de andar como un gran señor y traer bufones y criados y una gran cantidad de gente.
La gran mayoría se muere, de esos tres mil que salen con él regresan 80, entre los cuales está Doña Marina, que en el camino se casa con un capitán español, que es Juan Jaramillo.
La gente cree que la Malinche se casó con Cortés o que tuvo un hijo con Cortés y ya, como que después ya no existió, por eso quise recuperar a ese hijo que nace justamente cuando la esposa viene de Cuba, porque Cortés estaba casado. Y aquí se encuentra al chiquillo, que debía tener nada de haber nacido, Martín Cortés. También recupero a la hija María, que es la que tiene con Juan Jaramillo, para poder construir una historia a partir de su descendencia.
Más allá de la monografía
Para la autora, la construcción que hace el nacionalismo posrevolucionario del PRI, en su intento de construir una nación, es lo que sienta las bases de la historia conocida hasta hace poco. "Pero hay que recordarle a la gente que México no existía como país y que se construyó en oposición, es decir, el siglo XIX es un siglo bien complejo para México y eso definió la narrativa posterior", explica.
¿Qué papel juegan libros como el tuyo en la revisión del pasado?
Siempre es una de mis grandes preocupaciones, que la gente se entere de esto, porque si entiendes la historia del país de esta forma, entiendes también cuál es la historia que nos enseñaron de niños, tan aburrida y doctrinaria. Yo siempre digo que somos prófugos de la monografía, somos mártires de la monografía, que era la misma cada año.
Este libro lo que busca es justo que la gente le pierda el horror a la historia, porque por lo menos hace unos años la materia que más se reprobaba en México no era matemáticas, era historia. Y se entiende si te la enseñan así de horrible. ¿Quién se va a querer volver a acercar a un libro de historia? Nadie.
Pelearse con el pasado es un absurdo. Entonces, vamos a tratar de entender qué es lo que sucedió, qué nos trajo acá. Vamos a resolverlo entendiendo más que juzgando lo que nos hicieron, porque no somos víctimas. El lugar de víctima es un lugar bien peligroso, por que te instalas en el papel. Hay que salir de eso, buscar herramientas para entender qué es lo que pasa, por qué estás donde estás y hasta dónde puedes ir.
El libro abre espacios para una reflexión muy amplia que no tiene que ver nada más con la historia, sino con cosas que nos resuenan cotidianamente en lo que somos.
¿Qué viene en tu carrera como escritora?
Pues realmente es incierto, porque el trabajo del escritor siempre es incierto. Además, no sabes cómo va a recibir la gente tu trabajo, puede ser que les guste muchísimo, puede ser que no guste. A mí me gustaría, por ejemplo, tener un podcast, siempre pienso en eso, porque si estás en el tráfico atorado 20 mil horas, ir oyendo algo que te nutre siempre es muy interesante. Y bueno, quiero seguir escribiendo porque también es lo que toca.
Úrsula Camba Ludlow: libros para reencontrarse con el pasado
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José Luis Martínez, quien ya falleció, es el gran especialista en Hernán Cortés. Rodrigo Martínez Baracs, su hijo, también es muy bueno en todo lo que se trata del siglo XVI. Son hombres muy eruditos y tienen una pluma muy ágil, lo que es algo que uno agradece mucho en la historia.
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En el caso de autores extranjeros, hay uno que la gente conoce poco y me parece extraordinario, que se llama Alain Corbin. Alain Corbin escribió un libro que dio origen a El Perfume, de Patrick Süskind, que se llama El perfume o el miasma, y es la historia del olfato en la Francia del siglo XVIII y XIX. Hace una historia del olfato. ¿A qué olía? ¿O qué olores eran los que a la gente le desagradaban? ¿Qué olores eran los que les parecían ricos? ¿Cómo se curaban la peste? Y tiene otro libro muy bonito que se llama El territorio del vacío, que es la historia de la playa y del mar. Alain Corbin hace todo un recorrido donde va explicando cómo el mar pasa de ser un basurero a un lugar terapéutico donde te vas a curar de enfermedades.
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Y para el caso mexicano, en el estudio del periodo virreinal hay dos autoras que parecen extraordinarias del Colegio de México, que son Solange Alberro y Pilar Gonzalbo, las dos editadas por el Colegio de México. Tienen muchísimos libros sobre inquisición, sobre familia y orden colonial, sobre mujeres de ese tiempo. Son libros muy interesantes que complejizan sobre este mundo tan extraño, tan lleno de contradicciones y de ambivalencias que era la Nueva España y que te dan justo un panorama mucho más amplio, más rico y más sabroso en términos de detalles, de anécdotas y de comprensión de lo que fue. Si lo piensas, duró más tiempo Nueva España que el México independiente, o sea, llevamos 200 años de independencia y de Nueva España fueron 300 años. Hay muchas reminiscencias que nos alcanzan hasta ahora.