Santiago Gamboa

El libro que me hizo ver el camino de la escritura fue La tía Julia y el escribidor, que hoy sería tildada de novela de autoficción. Es la historia de un joven que pone a la literatura en el centro de su vida y eso fue para mí una revelación, el darme cuenta de que posiblemente el talento literario era algo que uno podía construir y no algo innato, como el color de los ojos, como yo pensaba al principio.   

La poesía te produce un tempo y una musicalidad y prosodia que es importante para la novela. Arthur Rambaud es como el Mozart de la poesía, desde el principio me sobrecogió, me hizo soñar, mirar el futuro, ver la imagen del escritor como alguien diferente al resto de las personas.

Karen Blixen es la gran escritora de la literatura de viajes, pero con una literatura poderosísima y una creación de personajes impecable, al igual que en El festín de Babette y toda su correspondencia. Haber leído a Blixen me hizo desear vivir en África y ser ella, escribir sus libros.

Marguerite Duras viene de la marginalidad, de una familia pobre, de una madre enloquecida, nacida en Saigón, viene de la periferia más absoluta, llega a París y escribe su obra, entre ella El dolor, uno de mis libros favoritos de la autora, que habla de la experiencia de su marido, que regresa de un campo de concentración alemán y ella lo recibe casi moribundo, lo alimenta, lo mantiene, mientras está enamorada y embarazada de otro hombre. Su obra es extraordinaria.  

La culpa, la traición, el amor, la solidaridad están en su obra. Todas estas palabras, de connotación religiosa, son fundamentales en la obra de Green, y yo siempre he explorado la idea de Dios, así que sus tramas maravillosas, de espías, se unen al mundo del viaje y una profunda reflexión de lo espiritual.

La última novela de Piedad Bonnett es una novela bellísima sobre la edad adulta. La historia de una pareja que se jubila, la convivencia y las contradicciones y los debates que tienen. Me ha parecido de una belleza sublime. Es un libro, además, breve que se puede leer en una sentada y me ha parecido extraordinario.

La escritora mexicana Guadalupe Nettel tiene ya casi media docena de novelas extraordinarias, y ha hecho una reflexión muy poderosa desde el punto de vista literario sobre el cuerpo, sobre las relaciones de familia.

De mi gran amigo y compañero de aventuras literarias Hector Abad. Es una novela extraordinaria sobre la fragilidad del corazón, y sobre historias de familia también.

Sigo bajo el influjo vertiginoso y maravilloso de El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero, que me parece una obra maestra de la literatura.