Adrián Curiel Rivera y los libros distópicos

Cuando el escritor mexicano Adrián Curiel Rivera estaba escribiendo su primera novela, Bogavante (2008), empezó a leer sobre las tribus de vikingos y descubrió que estaban muy organizadas, tenían una democracia, asambleas deliberativas y las mujeres gozaban de un estatus semejante al del hombre.
Así comenzó su fascinación por el tema, que hace diez años lo llevó a escribir la novela Vikingos, recién reeditada por Lectorum.
El lado humano de los vikingos
"Es una recreación literaria de un evento histórico que se conoce pero del que se habla poco, que fue el desembarco de un grupo de noruegos en el norte de América y la fundación de un asentamiento que cobró proporciones míticas.
"Se habla de este lugar como un paraíso terrenal, aunque las primeras sagas que se escribieron al respecto las hicieron monjes, que imprimieron una fuerte carga moralizante, porque también es la historia del paganismo al cristianismo", explica el escritor y doctor en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Madrid.
Al autor, radicado en la ciudad de Mérida, Yucatán, le interesaba compartir el lado humano de los vikingos, "estos pueblos que normalmente consideramos belicosos, furibundos y salvajes, cuando eran grandes navegantes, tenían una asamblea legislativa y las mujeres podían repudiar a sus maridos.
"En esta nueva edición le añadimos la frase de 'los verdaderos descubridores de América', con el afán de despertar una controversia. También he intentado jugar con los planos mitológicos e históricos, presentando personajes como Odín y Loki, que en la mitología son dioses con dilemas metafísicos".
La magia de la lectura
Adrián Curiel Rivera se enganchó a la lectura con los cómics, particularmente con Astérix y Obélix: "De ahí me fui acercando a distintas novelas que me permitían vivir otras vidas y me incitaban a intentar yo mismo desarrollar una historia y expresar una inconformidad con el mundo, con la mediocridad de nuestro contexto.
"De niño entendía que era una posibilidad de expresión que me permitía decir las cosas como las quería decir o las sentía, a partir de fobias, atracciones y mi deseo de comunicar. Así empecé, también, a escribir", explica.
Adrián Curiel Rivera y los libros distópicos
Adrián Curiel Rivera y los libros distópicos
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Mi libro favorito de ciencia ficción. Parece fácil de leer, pero hace pensar y mucho.
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Esta novela es de 1924 y anticipa al Gran Hermano orwelliano, pues plantea el riesgo del totalitarismo, ya sea de un Estado o una corporación y el peligro de vivir completamente vigilados, como sucede hoy en día con la tecnología, informática y el ciberespacio.
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Es la obra que inspiró la maravillosa película Blade Runner. La novela habla de la propensión de los humanos para depredar y destruir a la naturaleza, así como del frágil equilibrio entre la tecnología que crea y los peligros de esa tecnología creada. Se habla de la relación entre los humanos y los robots, y cómo los humanos tienden a robotizarse y los robots a humanizarse, en este espejo, en esta confrontación de los hombres con sus logros científicos y tecnológicos.
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Todo Borges es producto del insomnio en su vertiente más alucinada: el insomnio que genera sueños. En su obra maestra hay varios insomnes, el más memorable de los cuales es Funes, pero también el hombre soñado de Las ruinas circulares y ese insomnio absoluto que es el universo, al que él llama La Biblioteca.
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La ciudad, incluida en la Trilogía involuntaria, del escritor uruguayo Mario Levrero, nos hace reflexionar sobre qué pasaría si perdiéramos todas nuestras referencias espaciales y nuestros rasgos identitarios. Quiénes seríamos si nos viéramos frente a un espejo y fuéramos incapaces de reconocernos y ser quienes éramos apenas hace unos instantes.
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Mi libro favorito de toda su obra. La historia de la vida de un hombre que se va por el desagüe.
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