Patricia Rosas Lopátegui recomienda libros de Elena Garro
La biógrafa de Garro nos habla de su vida compartida con la escritora, de su trabajo por décadas rescatando su historia y sobre su libro "A mi sustituta en el tiempo".

En esta entrevista, Patricia Rosas Lopátegui, reconocida especialista en la obra de Elena Garro, comparte sus recomendaciones literarias para adentrarse en el universo de una de las escritoras más fascinantes y complejas de la literatura mexicana del siglo XX. Además, habla sobre su libro A mi sustituta en el tiempo. Poesía de Elena Garro, y reflexiona sobre la vigencia de la obra garriana.
Videoentrevista con Patricia Rosas Lopátegui

Cuando la obra te encuentra
Elena Garro, figura central de la literatura mexicana, dejó un legado literario que continúa despertando admiración y debate. Su obra, caracterizada por una narrativa llena de matices, se enfrentó a las convenciones y explora temas como la memoria, el tiempo y la opresión social.
Para adentrarse en su vasta y enigmática producción, Patricia Rosas Lopátegui, una de las mayores estudiosas de Garro, nos ofrece una guía esencial para descubrir la genialidad de una escritora cuya voz sigue resonando con fuerza en el panorama literario actual.
Patricia, ¿cómo fue tu primer encuentro con la obra de Elena Garro?
Yo entré en contacto con Elena Garro en 1977. Estudiaba letras españolas en el Tecnológico de Monterrey, y en un seminario de literatura mexicana contemporánea tuve la gran fortuna de que mi maestra nos diera a leer Los recuerdos del porvenir.
Era la época en que Elena Garro estaba en el exilio, en el peor de los destierros, viviendo hambre y miseria en Madrid, y nadie sabía, nadie se atrevía a publicar nada suyo. Quedé realmente encantada con la novela, que me pareció tan distinta a todas las otras obras que estábamos leyendo, sobre todo de los escritores varones, del canon, como Carlos Fuentes. Leímos también a Juan Rulfo, pero él a mí siempre me ha parecido un escritor de la misma línea de Garro. Entonces, Elena se convirtió en mi proyecto de vida.
Porque, ¿cómo era posible que esta escritora tan distinta, tan original —no solamente tan original en el manejo del tiempo, en el manejo de la memoria, en su prosa poética—, que se atrevía a deconstruir el supuesto triunfo de la Revolución Mexicana, a cuestionar, a tocar el tema de la guerra cristera (que era un tema tabú del que no se hablaba), que atacaba de esa manera tan abierta y tan directa al sistema posrevolucionario, al PRI. Me di a la tarea de trabajar la vida y la obra de Elena Garro.
Poesía poco conocida
En 1980, Patricia se fue a vivir a la Ciudad de México, "porque pensé que ahí iba a tener más fuentes, personas que habían conocido a Elena Garro, escritores, activistas, etcétera. Pero para mi gran sorpresa, nadie quería hablar de ella", comparte.
¿Cómo lograste tu objetivo?
Gustavo Sáenz, que era el director de la Dirección de Literatura en Bellas Artes, me publicó mi primer artículo sobre Elena Garro en un suplemento cultural que se hacía en la Dirección de Literatura. Él me dio su dirección, le escribí a Elena Garro, le mandé un ejemplar del suplemento con el artículo y, para mi gran sorpresa, me contestó, me mandó una carta que guardo como uno de mis tesoros más preciados.
En 1991, cuando se anuncia la llegada de Elena Garro a México, que fue invitada por una serie de amigos intelectuales de ella, principalmente por José María Fernández Unzain, que era el director de la SOGEM. Iba a estar en Monterrey y fui; ahí fue donde la conocí. Ahí comenzamos la amistad. Las iba a visitar a Cuernavaca y un día le dije que quería hacer su biografía. Por fortuna, no solamente me dio su confianza para escribir su biografía, sino también para fungir como su agente literaria.
La poesía de Garro
A mi sustituta en el tiempo es uno de los libros que ha escrito Patricia Rosas Lopátegui, y "viene a reafirmar lo que comentábamos sobre cómo la voz de Elena Garro quedó silenciada durante tantas décadas debido a ese yugo de Octavio Paz, que no quería competencia en el entorno familiar", explica la autora.
Hablemos de A mi sustituta en el tiempo. ¿Qué nos encontramos en tu libro?
Afortunadamente, Elena Paz Garro, su hija, siempre defendió la idea de que era necesario publicar la poesía de su mamá. Y, ¿por qué Elena Garro no quería que su poesía se publicara? Precisamente porque sabía que Octavio Paz infligía represalias, y ella decía: "Quiero llevar la fiesta en paz con tu padre".
Finalmente, en el 2006, Elenita Paz y yo comenzamos a visualizar, a configurar cómo íbamos a rescatar la voz como poeta de su mamá. Y, de hecho, en el estudio introductorio hay varias anécdotas que registré aquí sobre esas conversaciones que yo tenía con Elenita Paz. Definitivamente, la poesía de Elena Garro es tan importante y tan brillante, tan original, diferente, llena de metáforas, imágenes, de un lenguaje tan distinto a lo de otros poetas, hombres o mujeres. Tiene el sello de esa mujer aguerrida, valiente, que a pesar de toda la opresión, fue a contracorriente para revelar la opresión de la mujer en la sociedad patriarcal.
¿De que otras maneras defines su poesía?
Por un lado, es una poesía muy intimista, autobiográfica, como toda la obra de Elena, pero es una poesía también muy original, muy de avanzada. Podría decir que una de las corrientes vanguardistas que constantemente la vemos en sus poemas, son las imágenes surrealistas. Aquí, sus poemas están divididos en cinco apartados de manera temática. El primero se titula "La infancia en la memoria", el segundo "Horror y angustia en la celda del matrimonio", y el tercero "A mi sustituta en el tiempo", porque es el poema más antiguo de Elena Garro. Ese apartado es más multifacético, hay poemas dedicados a su hija, hay un poema dedicado a Joseph Stalin, al dictador, porque Elena estaba en contra de las dictaduras, de las autocracias.
El cuarto apartado son los poemas que ella le dedicó a Adolfo Bioy Casares, que lo titulé con una frase que le dijo Elena a Adolfo en un diario: "Yo ya no puedo enamorarme de nadie, ni siquiera de Bioy Casares". Se desencantó del amor. Y la quinta es "La poética en el exilio", los poemas que ella escribió en España y en París.
Cada sección tiene fotografías, y la otra parte novedosa son las cartas. Hay cartas inéditas de Elena Garro a diferentes miembros de su familia, a quienes ella le dedicó poemas y también les escribió cartas. Entonces, hay un diálogo entre la poesía, Elena Garro poeta, Elena Garro escritora de cartas y Elena en imagen, para acercar al lector a Garro, que es una autora que merece ser leída y recordada.
Patricia Rosas Lopátegui recomienda libros de Elena Garro
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La voz de Elena Garro ha estado marginada durante décadas, y en este momento considero que todos los lectores, las lectoras, tienen mayor posibilidad de adquirir sus libros en las librerías, lo cual era una verdadera aventura conseguirlos. Quienes no hayan leído Los recuerdos del porvenir, se están perdiendo de mucho. Es una novela fundamental.
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Y Matarazo no llamó es la única novela que Elena Garro escribió de corte político, en donde ella critica al acoso, la persecución en contra de de todas aquellas personas que se sublevaban en contra del poder, en contra del gobierno. Es decir, toda la violencia de la policía secreta, que en aquella época era la famosa Dirección Federal de Seguridad. La persecución en contra de de los campesinos, de los obreros, de todos aquellos que reclamaban sus derechos, derechos. Es una novela excelente.
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Otro título que les recomiendo de Elena Garro es La semana de colores, porque es un buen inicio para acercarse a Elena, sobre todo los más jóvenes. Son cuentos en donde nos habla de de su infancia, de su mundo en Iguala, Guerrero, al lado de su padre, de su madre, las aventuras que ella tenía con su hermana Devaki, con su primo Boni.
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Inés es una novela breve que nos habla de la violencia en contra de la mujer. Es una novela que nos habla del sadismo, de la condición humana.
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De Elena Agarro sin censura quiero especialmente recomendarles el diario de Elena Agarro adolescente. Lo que Elena escribió entre los 15 y los 17 años de edad. Ahí, en ese diario, ella registró cómo conoció, y bajo qué circunstancias, a Octavio Paz.