Jaime Homar recomienda novelas largas y apasionadas
El escritor francoespañol habla sobre su novela "La culpa y el deseo", en torno a la condición masculina, el amor y la búsqueda de un lugar en el mundo.
La culpa y el deseo es una novela que entretiene y conmueve, que abre la puerta a temas poco tratados en un ámbito literario donde la fragilidad y la ternura no suelen estar unidas al concepto aún vigente de masculinidad. Aquí, su autor, Jaime Homar, recomienda novelas largas y apasionadas que se unen a su propia búsqueda proustiana para encontrar su lugar en el mundo.
Videoentrevista con Jaime Homar
Del monasterio a Medellín
Tras abandonar el monasterio y una breve carrera en la música, Bernardo, un joven francoespañol con una sensibilidad algo extraña para su época, elige ir tras el sueño de todo escritor en ciernes: quemar las naves y viajar a 8,500 kilómetros de distancia hasta el Medellín de los primeros años del nuevo milenio. Para el protagonista de la novela La culpa y el deseo, Colombia es un país exuberante y peligroso, pero también con el hogar de la joven Ruth, una muchacha con una historia triste y misteriosa que lo lleva a cuestionar todo lo que cree.
El autor de esta historia, Jaime Homar, cuenta en entrevista que su novela, editada por Tusquets México, narra "el viaje iniciático de un personaje europeo que quiere cortar las amarras con su continente, al que considera frío, predecible, aburrido, y se lanza a Colombia, un país que desconoce y que le sorprenderá tanto, que transformará completamente su manera de entender el mundo".
Este es el segundo título del autor con el mismo protagonista, pues en España se publicó una novela breve llamada Voto de ternura, que es una precuela de La culpa y el deseo. "Sería la primera parte, cuando Bernardo está en el monasterio al sur de Francia, donde se adentra en un camino de contemplación, de búsqueda de la espiritualidad, de la trascendencia... sobre todo, del sentido de la vida. Sin embargo, a la par de todo lo que le fascina y le cautiva, hay aspectos que quedan no resueltos; uno de ellos es el sentimiento del deseo, de la ternura, de la sexualidad, y de ahí el nombre de la nueva novela".
Para Homar, su libro tiene mucho qué decir al mundo actual con su contrastante visión de las polaridades de la vida: "He leído a muchos autores franceses y rusos que mezclaron lo espiritual con lo literario. Milan Kundera dice que la novela, cuando es literatura de verdad, es una vía de exploración y de conocimiento, como la medicina, la ciencia, la psicología y la economía; la narrativa puede ser un camino de exploración de lo que queremos ser".
"Cuando Bernardo escapa de Europa, le da la impresión de que el mundo contemporáneo universal ha separado demasiado la parte corporal de la parte intelectual, el cerebro de lo puramente material, y lo que él intenta es unificar un poco estas dos dimensiones. Así, se ve enfrentado a peripecias propiamente colombianas, en Medellín, en el Chocó, en Bogotá, en los autobuses, en las calles. Tiene experiencias con la fruta, con la lluvia, con los árboles, con los perros, con la comida, con su novia, y todo eso hace que se dé un baño de realidad, que caiga de lo etéreo, de lo celestial, a la realidad, pero se sumerge dentro de ella, todo entero, y en esa experiencia que tiene, el cuerpo es fundamental. Lo que él experimenta cuando conoce a Ruth es completamente distinto. Eso es lo que lo atrae hasta límites inconcebibles y a lo que acude por dentro y por fuera, a lo extremadamente opuesto a lo suyo. Es como la pantera de la portada del libro, amenazante pero, al mismo tiempo, de una belleza que te quita el aliento".
El hombre y su realidad
Una de las exploraciones temáticas que más se expanden en La culpa y el deseo está relacionada con lo que implica ser hombre hoy en día. Con una masculinidad no violenta sino, por el contrario, que no niega su parte delicada, deseosa de amor, y eso aporta en un cambio de narrativa que pueda llevar a la revisión de nuevas realidades para cada sexo en la actualidad.
"La diferencia en todos los sentidos entre hombres y mujeres, entre países y razas, las encuentra Bernardo en Ruth, una chica afrocolombiana con una historia diametralmente diferente a la suya. El amor llega como un terremoto, y como no lo esperaba, no está preparado para la realidad con ella, porque Bernardo es un personaje atravesado por la culpa, de la raíz del cabello hasta la punta del dedo meñique. El está traumatizado, bloqueado, y eso no le permite ser feliz, porque la culpa lo castra, lo incapacita, lo inhabilita. Son kilos de piedra que lleva encima desde la infancia, y eso es un tema psicológico profundo", explica el también autor de diversas novelas juveniles publicadas en España y en Latinoamérica.
Bernardo es conmovedor, porque tiene una capacidad amorosa infinita que fue cortada de raíz. "Son muy duras algunas páginas de La culpa y el deseo, porque esa capacidad, ese anhelo de ternura que tiene en su interior, fue aniquilada. Es un personaje absolutamente dostoievskiano".
Jaime Homar comparte que pensó en no publicarla. "No me atrevía, pero mi editor y un par de amigos me dijeron que no se trataba solo de mí, que si me atrevía a mostrar ese otro lado de lo masculino, otros hombres se atreverán a hacerlo también, y puede ser una manera de cuestionarse la existencia desde el amor y no desde la crítica, el juicio, el señalamiento o la dureza. El editor de Tusquets México me dijo que cubre un nicho que ha dejado de lado la literatura contemporánea, que es la idea actual de la masculinidad".
El futuro de América Latina
Además de escritor, Jaime es músico y desde hace 12 años se ha dedicado a grabar, con su amigo Benji, diversos álbumes bajo el nombre de Elko. "A los 15 años, cuatro o cinco amigos formamos un grupo de rock, Mystic Hope, que interrumpimos dos años después porque las familias se oponían. Estábamos inmersos en una clase social en la que el rock no estaba bien visto. Se nos clavó una espina tremenda porque nos flipaba la música, por lo que 21 años después Benji me llamó y me preguntó si retomábamos la música, si componíamos canciones de nuevo, y hasta ahora hemos sacado cuatro discos", explica.
"La gente etiqueta a América Latina como un continente conflictivo, corrupto y violento, pero también tiene una naturaleza exuberante con unas expresiones culturales únicas en el mundo, un pasado no solo prehispánico, sino también post hispánico, con una realidad política e histórica fascinante, y no me estoy ilusionando ingenuamente, sé que hay dificultades, pero llegará el momento en el que será un paraíso en la tierra. Hay que luchar para conseguirlo, y lo lograremos. Yo me incluyo en ello", finaliza.
Jaime Homar recomienda novelas largas y apasionadas
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Todo el mundo le tiene miedo a esta obra de Prust, pero es una novela extraordinaria, a mi juicio, la mejor de todos los tiempos, con sus siete volúmenes. En sus páginas describe el mundo de la altísima burguesía francesa de finales del siglo XIX y principios del XX en un mundo ajeno a la mayoría de los lectores. Tiene un ritmo puede parecer lento, pero es incisiva, penetrante, audaz, profunda, valiente. En el narrador hay momentos de amor inmenso y también de desconfianza, de celos, de envidia, de sufrimiento, sadismo, crueldad, injusticia... Es una joya.
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En esta novela, el director de cine sueco Ingmar Bergman describe la historia de amor de sus padres. Él era un humilde y pobre estudiante de teología que se convertiría en pastor luterano, y su madre una mujer de la alta sociedad, de la aristocracia sueca, y a mí me fascinan las largas historias de amor. La estructura de la novela es prácticamente la de una obra de teatro y te muestra momentos de discusiones entre ellos porque ella era impetuosa, salvajemente rebelde, y él tiene también un carácter un poco violento, parece imposible que estos dos puedan ser pareja pero lo son.
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Esta novela de la escritora argentina Sara Gallardo es una larga historia de amor en donde recoge el desafío de narrar a través de un hombre y esto es bueno, porque tiene un talento descomunal. Hubiera sido más famosa que Cortázar o Borges, por su extraordinario talento. El vínculo de Julián con Lisa es fantástica, y aporta una atmósfera que es como la vida misma. Tiene unas 500 páginas, como las novelas que me gustan a mí.
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Recomiendo tanto Crimen y castigo como El idiota, de Dostoievski, que es otro autor al que considero uno de los tres mejores novelistas de la historia. Son obras que vale la pena leer, aunque sean extensas.
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