Los mejores libros latinoamericanos del año
Una selección de los mejores títulos de 2025, con novelas y cuentos que exploran la realidad, la memoria y la ficción desde voces contemporáneas esenciales.
La literatura latinoamericana sigue dando de qué hablar, tanto con autores y autoras con primeras obras como por el trabajo de autores consagrados. Recomendamos estas seis lecturas porque representan lo más sólido de la narrativa actual en el continente, ofreciendo miradas sobre la identidad, la historia y los conflictos íntimos.
Perturbadores y nostálgicos
El buen mal, de Samanta Schweblin, es un libro de cuentos donde los personajes se enfrentan a un punto de inflexión en sus vidas, un instante en que lo extraño irrumpe para transformar lo cotidiano. Los relatos sitúan a individuos vulnerables frente a situaciones límite, donde dialogan con la culpa, el dolor o la ternura bajo una capa de incertidumbre, llevando al lector a un mundo reconocible y a la vez inquietante, examinando los monstruos silenciosos de la existencia diaria.
Leonardo Padura narra en Morir en la arena la historia de Rodolfo, un hombre cuya vida ha estado marcada por el trauma de la guerra de Angola y el asesinato de su padre a manos de su hermano Geni. La trama se desencadena cuando Geni, enfermo y próximo a excarcelarse, debe regresar a la casa familiar, reavivando secretos y rencores en una Habana desgastada. A través de un drama familiar, Padura traza un retrato de cincuenta años de historia cubana, mostrando cómo el pasado colectivo impregna y determina las vidas individuales con una prosa precisa y austera.
Los seguidores, de Alma Mancilla, reconstruye la historia real de Jim Jones, el predicador que fundó una secta cuyo destino culminó en tragedia. La novela sigue el ascenso de Jones y el proceso por el cual atrae a sus seguidores, ofreciendo una nueva vida que se revela como una trampa. En sus páginas, la autora trasciende el mero recuento histórico para indagar, con una narrativa poética y diferente, cómo los mecanismos del fanatismo y la vulnerabilidad humana pueden llevar al desastre.
Los mejores libros latinoamericanos del año
Hay libros que son artefactos literarios que reflejan, sin adornos, la formación de una sensibilidad y el pulso de una época y la vida intelectual de un país. Es el caso de Ese montón de espejos rotos, de Gonzalo Celorio, relato memorístico que entreteje la vida personal del autor con la memoria cultural de México. El texto zigzaguea entre la experiencia íntima —sus pasiones por la música, la fiesta y el teatro— y su vida pública como académico y editor, sin ocultar las contradicciones entre estos mundos.
Los nombres de Feliza investiga la vida de la escultora colombiana Feliza Bursztyn, quien murió en París en 1982. Partiendo de la frase “murió de tristeza” escrita por Gabriel García Márquez, su compatriota Juan Gabriel Vásquez
reconstruye la existencia de una artista que desafió las convenciones de su tiempo, como mujer judía en Colombia y como creadora en un contexto político revolucionario, mediante una prosa que se centra en los hechos y sus resonancias.
Visceral es un libro sin concesiones de la autora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, que irrumpe con la imagen de un cadáver infectado con COVID-19, abandonado en un sofá doméstico de Guayaquil durante la pandemia, que anticipa el descenso literario que propone el libro. A través de un texto que oscila entre la autobiografía, la memoria y la autoficción, Ampuero estructura un manifiesto urgente recorriendo sus miedos y obsesiones: la violencia contra las mujeres, el cuerpo ultrajado, la salud mental, la infancia traumática, las maternidades conflictivas y una crítica feroz al poscolonialismo y la ecopolítica.
