Maritza M. Buendía y los libros que siempre estarán vigentes
La merecedora del Premio Nacional Gilberto Owen habla de su novela más reciente, Cielo cruel. Maritza M. Buendía y el acto de escribir

Maritza M. Buendía se ha hecho merecedora del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen y del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas. Aquí habla de su novela más reciente, Cielo cruel, sobre el deseo y el acto de escribir. Recomienda libros que siempre estarán vigentes.
Videoentrevista con Maritza M. Buendía
Cielo cruel: Historia de tres mujeres
Las historias de Maritza M. Buendía están llenas de deseo, de amores diferentes, de personajes que exploran el mundo para entenderlo y, también, para gozarlo de diversas maneras. En su libro más reciente, Cielo cruel, narra "la historia de amor de una abuela, de una madre y de una hija, tres historias que se van entremezclando por los vínculos familiares. Cada una de estas historias parte de contextos históricos determinados y las protagonistas se enfrentan a uno o varios obstáculos y convenciones, así como al descubrimiento del deseo”.
Cada una de estas tres mujeres caminan hacia adelante más allá de los prejuicios. “La abuela vive el México posterior a la Revolución, cuando José Vasconcelos se propone llevar la educación a todos los rincones del país. Es elegida para ser maestra por ser una de las alumnas más sobresalientes, en los tiempos en que los docentes eran perseguidos y torturados por llevar la educación a ciertos lugares.
“Ella es capaz de autocomplacerse y se da cuenta de que no necesita estar en la compañía de un hombre para ser feliz. La madre está casada y vivió la migración al irse a Estados Unidos. Al volver a México se reencuentra con su mejor amiga, de la que siempre ha estado enamorada, y busca integrarla a su relación con su marido. La hija se enamora de un hombre mucho más joven que ella, enfrentándose al qué dirán."
Maritza M. Buendía y la exploración del deseo
Desde su novela Jugaré contigo, publicada en 2018, la autora "tenía deudas pendientes, porque también había tres generaciones de mujeres, pero sin ahondar. Ahora sí, cuento cada una de las historias, por separado y de manera autónoma. Trabajo con diversos temas e investigué sobre los vínculos familiares".
“Todavía estamos muy lejos de llegar a una comprensión cabal del cuerpo, específicamente del de las mujeres. De su manera de relacionarse en sociedad y consigo mismas. Me interesa trabajar estos temas, porque estamos en un momento donde las mujeres vamos abriendo brecha."
La literatura que aborda el deseo, señala Maritza, nos sitúa en un espacio de posesión del quién soy y de dónde vengo y hacia dónde quiero ir. "También en el cómo exploró el mundo a través de los sentidos, lo cual no está separado de la inteligencia. De hecho, hay una inteligencia del placer".
De los diarios a la novela
La autora de Tangos para Barbie y Ken (2016), proyecto ganador del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2012, recuerda que a los ocho años de edad, “y sin la mínima conciencia de lo que estaba haciendo, empecé a escribir diarios. Desde la secundaria escribía lo que me había pasado durante el día, luego lo transformaba, le agregaba cosas, sin saber que eso era una incipiente ficción.
“Estudié la licenciatura en Humanidades en el área de Letras y ahí empecé a publicar ensayos. Me sentía protegida detrás de otros libros, y así estuve un tiempo, hasta que empecé a soltarme, a publicar cuentos, y todo comenzó. Escribir es parte de mi vida”, finaliza.
Maritza M. Buendía y los libros que siempre estarán vigentes
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La magia de lo cotidiano, la agudeza de la visión. La mejor prueba de que no hace falta vivir grandes cosas para escribir grandes cuentos.

Me gusta mucho más la faceta como cuentista de Juan García Ponce que de novelista, aunque me encanta su obra en general, incluyendo sus ensayos.

Me encanta leer y releer a Marguerite Duras, y este libro en particular me encanta. También otros libritos pequeñitos que casi no se leen: El hombre sentado en el pasillo y Mal de muerte. Ella tiene esa capacidad de concentrar en ambientes tan aparentemente cerrados, la potencia de una relación amorosa, con una prosa poética cautivadora.

Para dejar de escribir no es indispensable dejar de escribir, hay también un espíritu del bartlebysmo: “Escribir es también no hablar, callarse, gritar sin ruido”

Es un clásico que, desde chica, me ha gustado mucho. Me encanta leer sobre mitología y sobre todo la griega y romana. Las historias de Ovidio me parecen bellísimas. El cómo estos seres mitológicos se enfrentan obstáculos o desean algo a lo que no pueden acceder, que está fuera de su condición.